Capítulo 20

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Llevo dos días sin ir a clase, aunque las faltas de asistencia son el menor de mis problemas ahora mismo. También he estado ignorando todas las llamadas y mensajes de Tiffany, mi novia. Sé que ella probablemente no tenga ni idea de lo que está pasando por mi cabeza ahora mismo, y que lo más seguro es que se sienta culpable por la situación, lo sé. Pero la ironía del asunto es que ni siquiera yo sé lo que me está pasando, entonces ¿cómo voy a explicárselo a ella? No tengo ni idea.

Así que no lo hago.

Además, mi sistema está demasiado intoxicado como para auto analizarme ahora mismo.

Le doy una última calada al cigarillo y me dirijo hacia el local que he estado mirando durante la última media hora. Probablemente la parte racional de mi cerebro me esté gritando que me de media vuelta, pero la ahogué hace un rato con una buena cantidad de vodka.

Entro y me siento en la barra de la cafetería-bar, más bar que cafetería a estas horas de la noche. No está muy lleno el local, aunque no me extraña dada la hora que es. No tardo mucho en escuchar su voz, resonando en las paredes de mis oídos familiarmente.

- ¿Te pongo algo? - me dice, con un tono neutral como si fuera cualquier otra persona. Levanto la mirada y me encuentro con unos sorprendidos ojos color caramelo. - Tae.

- Vodka.

- No creo que eso sea muy buena idea - me dice con tono paternalista. Suelto una carcajada entre dientes, y entorno los ojos. - No puedes ni mantenerte de pie, Taeyeon.

- ¿Desde cuando te importa una mierda, Jessica? - le suelto, el vodka enredando las últimas palabras de mi frase. Llevo días sin dormir pensando en qué iba a decir ahora, aunque ninguna de las escenas de mi cabeza se parecía a la que estoy viviendo ahora.

Se queda mirándome unos segundos, y luego desaparece por una puerta después de murmurar un "espérate aquí". Yo obedezco y me quedo sentada en el taburete de la barra.

¿Qué narices estás haciendo aquí, Taeyeon?

La parte racional de mi cerebro emerge de la piscina de vodka en la que la había ahogado, pero decido ignorarla, al igual que decido ignorar las imágenes de Tiffany que emergen con ella.

Unos minutos después sale Jessica por la misma puerta por la que se había ido, ahora sin la ropa de trabajar y con ropa más normal.

¿Acabas de pensar ropa más normal? Vaya, sí que estás borracha.

Oh, cállate.

Me quedo mirando a la rubia, que da la vuelta a la barra y me coge suavemente el brazo para ponerlo alrededor de sus hombros. Yo lo quito en un movimiento torpe, sorprendida por la acción de la chica más mayor.

- ¿Se puede saber qué estás haciendo?

- Llevarte a casa - dice con determinación, y me levanta del taburete para ponerme de pie en el suelo. - Alguien tiene que hacerse cargo de ti, y he supuesto que no querías que llamara a tu madre.

Yo pongo los ojos en blanco y suelto una risita mientras cedo y pongo el brazo alrededor de ella, echando la cabeza hacia atrás y apoyándola en su hombro.

- Pero si estás trabajando. - comento, pero no me contesta. Yo me río entre dientes y me limito a disfrutar del paseo.

Empezamos a andar hacia la salida del bar, y yo simplemente me dejo guiar por ella. No se siente nada mal tener el brazo alrededor de sus hombros, igual que tampoco se siente mal el olor de su champú tan cerca.

Tae. Para. Ya.

No tardamos en llegar al que parece ser su coche, y Jessica me ayuda a subir antes de dar la vuelta y meterse en el asiento del conductor.

- ¿Ahora tienes coche? - Pregunto, y ella se limita a asentir y arrancar el coche. Cuando nos ponemos en marcha, rompe el silencio.

- ¿Saben tus padres dónde estás o te has escapado?

- ¿Puedes dejar de tratarme como si tuviera cinco putos años? - espeto, y noto cómo se suaviza su expresión. - Mis padres no están en casa, se han ido toda la semana.

- Veo que se les ha olvidado cerrar el mueble bar con llave...

- Yo no soy así normalmente - espeto ante su insinuación - mis padres no tienen que hacer nada.

- Entonces, ¿a qué viene esto? - levanta la vista de la carretera y me mira con ojos preocupados. Yo me quedo mirándola unos segundos, antes de dejar mis ojos caer a sus labios. Joder, sus labios...

- ¿Por qué te fuiste sin decir nada? - Evito su pregunta y, a cambio, la hago una yo. Esta vez mi voz se ha vuelto mucho más vulnerable, quebrada un poco al final.

- Sabía que si me despedía de ti no iba a ser capaz de marcharme nunca. - Baja el tono de voz, y esta vez no despega la mirada del camino mientras conduce. Yo también me quedo en silencio, simplemente admirando su perfil detenidamente desde mi asiento, procesando las palabras que acaba de decir.

Y ese es el fin de nuestra conversación hasta que llegamos a mi calle. Jessica aparca el coche en frente de mi casa, y baja de su asiento para dar la vuelta al coche y ayudarme a salir. Sólo cuando me pongo de pie me doy cuenta de lo cerca que estamos la una de la otra. Estoy segura de que puede oler la botella de vodka entera en mi aliento.

Nos ponemos a andar (bueno, ella se pone a andar y yo básicamente me arrastro) hasta que llegamos a mi puerta, y entonces Jessica se suelta de mi agarre, dejándome un poco desorientada.

- ¿Tienes llaves? - me pregunta, sus ojos mirando justo dentro de mí. Yo le devuelvo la mirada y asiento, incapaz de decir nada más. - Buenas noches Taeyeon.

Se gira para irse, y empieza a andar hacia su coche.

Y yo, me quedo mirando cómo se va.






The way I used to feel about her. (Parte 2) 》TaenyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora