Capítulo 6

695 78 14
                                    


Era mi tercer intento de huida esa semana.

Corrí por las laderas del bosque buscando algún camino que me diera un indicio de cómo salir de allí, pero el maldito lugar parecía un laberinto que no tenía fin. HaNi había hecho un excelente trabajo en encontrar el lugar más remoto posible para mantenerme recluso.

De pronto, apareció frente a mis ojos.

—Diablos, ¿cómo es que me encuentras tan rápido?

—JungKook, volvamos a casa.

Dio un paso hacia mí.

—No quiero volver. ¿Por qué viniste a buscarme? —inquirí. Mis pies automáticamente se movieron, alejándome de ella.

—Porque no es seguro que te alejes demasiado.

—No, quiero decir, ¿por qué debería volver?

—Porque afuera es peligroso —replicó como si su respuesta fuera lo más obvio del mundo. Ella no había entendido el sentido de mi pregunta.

—No quiero... Quiero buscar a mis padres.

Dio otro paso más cerca. Yo ya sabía lo que seguía.

Aunque hubiera llegado 200 metros más lejos que el último intento hace dos días, cada uno de mis escapes había sido frustrado por HaNi, y esta vez no había sido la excepción. A pesar de mis esfuerzos, y lo mucho que planeara una forma de salir furtivamente, siempre acababa siendo arrastrado por HaNi devuelta a la casa, humillado y dando manotazos y patadas hacia todos lados para lograr soltarme. Nunca logré zafarme, claro.

Y, aunque HaNi sabía que lo volvería a intentar, de todas maneras, me dejaba en relativa libertad recorrer los alrededores, buscar un poco de leña, traer agua del río, o pasar un momento lejos de ella, porque, de verdad era sofocante. Lo más probable era que lo permitiera porque sabía que, si volvía a escapar ella me atraparía tan rápido como todas las otras veces.

Estaba condenado, recluido en esa casa hasta que a HaNi se le diera la gana de soltarme. Y eso no parecía ser pronto, incluso me atrevería a decir que nunca sucedería.

HaNi mantenía su propia rutina, cazando, cocinando, limpiando la casa cada día, a pesar de que no se ensuciara de un día para otro, puesto que éramos sólo dos personas viviendo allí. Por otra parte, yo me la pasaba encerrado en la habitación planeando una forma de escapar de ahí, y de los Ezhiel, cuando el momento lo exigiera.

De vez en cuando le preguntaba a HaNi si necesitaba ayuda en algo, puesto que era demasiado monótono estar sólo en la habitación, en una casa sin electricidad, y ella me contestaba que no necesitaba ayuda, que me fuera a descansar, pero luego de mi insistencia accedía a darme pequeños trabajos, como buscar leña, cortar las verduras o hacer un conteo de las latas de comestibles que teníamos.

Pero me estaba cansando de toda esta actuación, de fingir que todo iba bien cuando el resto del mundo estaba siendo destruido en ese preciso instante.

Un día, aproximadamente dos semanas después de que había despertado en la casa, la encaré por enésima vez mientras ella preparaba guisado de conejo o algún animal que hubiera cazado en el bosque, no lo sé, porque cuando llegaba con algo me iba a encerrar a mi habitación, porque me daba asco ver como descuartizaba al pobre animal. Pero de todas formas debía comerlo, porque necesitaba energías para volver a intentar otro escape.

—¡Necesito buscar a mis padres, HaNi! —golpeé la mesa con los puños. Ella se sobresaltó, pero continuó sirviendo el plato—. Entiéndelo.

HaNi se mordió el labio inferior y procurando mucha paciencia respondió:

—Entiende tú, JungKook. No puedes irte. Todavía tus heridas no sanan. —Puso el plato frente a mí. No pude evitar ver que, por otro lado, las marcas de ella habían desaparecido casi por completo—. Y, de todas maneras... ya ha pasado tiempo... A menos que tus padres tengan alguna especie de refugio subterráneo, o un lugar demasiado oculto, dudo que... —negó con la cabeza—. Lo lamento, JungKook, sé que no quieres oírlo.

Irrupción en la tierra ➳ JungKook (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora