Capítulo 10

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Presente

Jungkook

El maldito mapa no estaba por ningún lado.

Después de registrar mi ropa por enésima vez, cada bolsa de basura y cada rincón de esta cabaña, supuse que se me había caído el día del ataque en algún punto entre la escuela y el bosque; o que HaNi lo había escondido para que no supiera cómo regresar.

—Bien. No importa, me iré de todas formas. ¿Quién necesita un estúpido mapa? —me dije a mismo sin mucha convicción.

La hora de marcharme había llegado. Mis heridas habían sanado lo suficiente y, a pesar de la constante molestia que sentía en mi pierna, era capaz de correr mucho más rápido que antes. Sabía que ya era hora de despedirme de ese lugar. Porque si no me largaba, pronto moriría de la desesperación por saber lo que estaba sucediendo fuera de aquí. Ahora estaba más seguro que nunca.

Incapaz de mirar a HaNi a los ojos, me colgué la mochila en el hombro y me asomé por la puerta de la cocina.

La culpa quemaba mis entrañas, pero no lo suficiente como para influir en mi decisión.

—Tengo que irme —Lo dije, sin que me tiemble a voz.

—¿Qué? —Su voz sonó alterada, más aguda de lo normal, pero continuó con su labor en la cocina—. Yo... no creo que sea buena idea. Se avecina una gran tormenta, y...

Dicho esto, tomé una chaqueta impermeable que HaNi me había regalado, mi mochila con un par de cosas y enseres que me ayudarían a sobrevivir por unos días en las afueras. Además de un mapa que encontré mientras revisaba un estante de libros cuando estaba aburrido. Era viejo, pero serviría, si lograba averiguar dónde me encontraba... De todas formas, seguir río abajo me parecía la mejor opción. Quiero decir, me tenía que llevar a algún lugar, donde fuera lejos de aquí.

—Me voy, HaNi. Es en serio. Agradezco tu ayuda, pero ya es hora de que me vaya.

Hubo una larga pausa.

—¿A dónde irás? No hay nada allí fuera. Sólo muerte.

—Lo averiguaré yo mismo. Esta vez no vas a detenerme...

HaNi se volteó hacia mí con su delantal rosa y las manos goteando de agua y jabón. Comenzó a estudiarme con aspecto dubitativo. Yo me erguí más, para que se diera cuenta de lo decidido que estaba, y que no había forma de que me hiciera cambiar de opinión.

Para mi sorpresa, momentos después me dio la espalda y comenzó a secar los platos con determinación.

—Está bien —declaró—. Tal vez es eso lo que necesitas.

¿Eh? ¿Eso era todo?

Esperaba una confrontación. Tenía preparado un épico discurso en el que le decía que no seguiría siendo su rehén, que si iba a morir sería luchando con todas mis fuerzas por encontrar a mi familia. Pero ella no se dignó a decir nada más. Continuó secando los platos, como si le hubiera dicho que simplemente iba a dar un paseo por el bosque.

¡Bien! Eso era lo que siempre quise desde el principio, ¿cierto?, que me dejara ir en paz.

En serio, no me dolió para nada su indiferencia. ¿Quién era ella para mí, después de todo? Nadie. No es como si le hubiera tomado cariño estas últimas semanas. No. Para nada.

—¡Bien! —repliqué.

Di la vuelta en dirección a la salida a paso fuerte, pero antes de salir, vi el diario en un estante y dudé, pero finalmente me decidí en llevarlo.

Irrupción en la tierra ➳ JungKook (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora