Salí de mi momentáneo estupor y le exigí a mis piernas correr por mi vida. No me iba a quedar parado esperando a ser asesinado por... uno de mis mejores amigos.
Comencé a correr por la dirección contraria y de inmediato escuché las pisadas de TaeHyung detrás de mí.
—Que no me alcance, que no me alcance —repetía mientras me dirigía en dirección al gimnasio. Si tenía suerte podía llegar hasta la puerta de emergencia y buscar ayuda, o al menos un lugar seguro para esconderme fuera de la escuela.
Como iba corriendo tan rápido, no alcancé a frenar al entrar al gimnasio, y terminé tropezando con una fila de sillas preparadas para el acto que iba a tener lugar el día siguiente.
Las palmas de las manos me picaron como el infierno cuando las golpeé en el piso, pero no me importó el dolor. Me levanté tan rápido como pude, pero al parecer no lo suficiente. TaeHyung era demasiado atlético, estaba detrás de mí, lo sentía, y a mí me quedaba toda la extensión del gimnasio por atravesar para llegar a la puerta de emergencia.
—Estás atrapado, Kook. Ya que eras mi amigo, te haré un favor y te mataré rápido —Pude percibir el sarcasmo en su voz—. Sin dolor. Así que... por favor, dejemos de jugar, ¿sí?
Esto no podía acabar así. No. Tenía que pensar en un plan rápido, y nada se me pudo ocurrir más que tomar una de las sillas y aventársela, para ganar algo de tiempo.
Pero, entonces, TaeHyung la cortó en dos, en pleno aire con su brazo. ¿qué tan afiladas eran esas cosas?
TaeHyung tomó otra silla y la lanzó hacia mí, sin darme tiempo de esquivarla, por lo que me golpeó de lleno en la cabeza. Caí al suelo algo atontado, pero todavía consciente. Consciente de que mi muerte inminente se acercaba, y yo no podía hacer nada por impedirlo.
La silueta en contra luz de TaeHyung apareció en mi rango de visión, sobre mí, alzando su espada en alto, preparado para dar el golpe de gracia.
—Prometí que no ibas a sentir dolor, y lo cumpliré —apuntó directo a mi corazón—. Hasta nunca, Kook.
Cerré los ojos con fuerza y esperé mi muerte resignado. Pensé en lo corta que había sido mi vida, pensé en mí familia, mis amigos, JiMin, en HaNi... ¿qué había sido de la chica? Esperaba que hubiera encontrado un lugar seguro y que estuviera bien.
Pensé, también, en por qué mi muerte estaba llegando tan malditamente lenta. Creí que TaeHyung dijo que sería rápida y sin dolor.
Decidí abrir los ojos y averiguarlo.
Juro que casi me meo en los pantalones cuando vi la afilada extensión a un centímetro del sector de mi corazón. Levanté la vista y noté a TaeHyung tenso, con el gesto retorcido por el esfuerzo. A lo mejor se había arrepentido, creí ingenuamente. Pero después de mirar bien, me di cuenta que ese no era el motivo por el cual se había detenido.
—No lo harás, TaeHyung.
HaNi sujetaba con firmeza el brazo en forma de sable de TaeHyung, sólo con su mano. Grandes gotas de sangre comenzaron a caer desde su palma hasta salpicar en el suelo.
—Ha-HaNi... —balbuceé.
—No, sólo HaNi —respondió solemne. No sabía si estaba bromeando por lo de antes o no se daba cuenta que estaba tan muerto de miedo y sorprendido, que no era capaz de articular bien.
Grité por dentro cuando noté sus ojos negros y su mano que comenzó a iluminarse al mismo tiempo que el brazo de TaeHyung regresaba a su forma normal.
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Irrupción en la tierra ➳ JungKook (BTS)
Fiksi PenggemarEl día en que aquellos seres se revelaron con la intención de apoderarse de la tierra, aquella chica tímida que se sentaba al fondo del salón de clases salvó mi vida. Y yo clavé un trozo de vidrio en su estómago. Géneros: Romance, Ciencia ficci...