«Flower Shop AU»

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Will era una persona pacífica. Un doctor, no podía promover la violencia de ninguna manera. Pero despues de que su mejor amigo Cecil le hiciera un par de bromas pesadas sentía que tenía que tomar algún tipo de venganza.

Como era el gran cursi y pacífico Will, darle un ramo de flores parecía ser la mejor opción para tener su venganza.

Él había escuchado que las flores tenían significados, así que decidió darle un ramo que quisiese decir «jódete» de la forma más pacíficamente agresiva era una buena opción. Además con un poco de suerte, Cecil, tendría una reacción alérgica menor al polen de las flores.

¡Su plan era increíble!... Sólo esperaba no causarle daños graves a Cecil.

Apenas termino su turno del hospital casi corrió a la florería que quedaba camino a su departamento. El lugar era encantador, y había oído que las flores y los arreglos que hacían eran simplemente hermosos.

Cuando entro al local el fuerte aroma de las flores le golpeo. Las repisas estaban casi desbordandose en plantas. Habían masetas, rociadores y toda clase de herramientas de jardinería en una de las esquinas. Sin duda no era como la mayoría de las floristerías que apenas sí vendían rosas. Will caminó un poco hasta llegar al mostrador.

Antes de prestar atención a cualquier otra cosa, tiro un billete sobre el mostrador y exclamó.

— Disculpa. ¿Cómo se dice jódete con flores?

Lástima que no vió al lindo chico de pelo negro detrás del mostrador antes de decir tal tontería. La placa de su nombre decía "Nico". Will empezó a arrepentirse de lo que dijo cuando el azabache no respondió. Ya estaba inventando alguna disculpa o escapada cuando el chico habló.

—Un ramo con dedaleras, geranios, claveles amarillos, filipendula ulmalia y lilas sería lo más acertado para lo que está buscando... —. Will parpadeó lentamente tratando de procesar lo que acababa de ocurrir. —¿Le gustaría que le arregle un ramo?

Will se las ingenio para asentir con la cabeza y Nico empezó con su trabajo. Decidiendo cortar un poco la tensión, el rubio decidió hablar.

—Y... ¿Es muy común que te pidan este tipo de ramos?

—Nah, la mayoría de las personas solo piden rosas—. Ni siquiera levantó la mirada de su trabajo. —Es como si no existiera ninguna otra flor.

—Entonces ¿cómo sabes todos esos significados? —. Will no está seguro de si podría recordar un nombre como Filipendula ulmalia.

—Mi madrastra está obsesionada con las flores. Cuando Perséfone se casó con mi padre llenó el lugar con plantas y sus significados... Una vez tuve problemas con un niño en la escuela y me obligó a llevarle un ramo de estos, el trauma sigue.

Will en serio no quería reírse, pero fue simplemente imposible evitarlo.

—Lo siento, lo siento—. A Nico no pareció molestarale demasiado, y le dedicó una pequeña sonrisa que encantó al medico, para luego seguir con su trabajo.

Un par de días despues Will seguía llendo a la floristería. Si alguien preguntaba, había desarrollado una extraña obsesión por las plantas de decoración. Pues se llevaba una nueva casi todas las semanas por los últimos dos meses. Pero la verdad era que había desarrollado la obsesión por los ojos Onix que lo miraban cada vez que entraba por la puerta.

A este punto el apartamento de Will estaba inundado en platas, y había empezado a regalar las plantas que compraba a sus hermanos y amigos.

—Buenas tardes Will, ¿Vienes por otra planta?—. Will había aprendido a valorar las pequeñas sonrisas que Nico daba, pues no sucedian seguido.

—Sip. Pero esta es para mi hermana, Kayla—. Esa fue una vil mentira, solo fue a ver al lindo chico pelinegro que capturó su atención.

Así pasaron un par de meses, y de vez en cuando podían tener una pequeña plática en donde Nico le contaba un poco de él mismo. Hasta que un día...

—Hola, bienvenido al jardín de Perséfone. ¿Qué desea?

No es que la chica rizada, de tez oscura y ojos increibles no se viera agradable. El problema era que no estaba Nico.

—Uhhh, señor... ¿Puedo ayudarlo?—. Su placa decía Hazel, y entonces Will recordó que Nico la había mencionado.

Se vería muy sospechoso que se fuera sin comprar nada, pero la verdad es que tenía una pequeña preocupación de en dónde estaba Nico. Así que decidió arriesgarse.

—Sí, uh, disculpa. ¿Dónde está, Nico?

A Hazel se le iluminaron los ojos.

—¿Tú eres Will?—. En ese momento Will trato de no gritar de emoción que su crush hablaba de el con su hermana y se limitó a asentir. —Oh, Nico me ha hablado sobre ti.

Ella le dedicó una sonrisa y Will se la devolvió.

—Me temo que Nico no se sentía muy bien está mañana, le había estado doliendo la cabeza estos días. Y creó que atrapó un resfriado.

Will esperaba haber sacado las habilidades de actuación de su padre para que no se notara la preocupación que sintió con las palabras de la rizada.

—¡Oh! Yo soy doctor ¿No necesitará un chequeo? Ya sabes, para saber si todo está bien con su salud. Yo soy doctor, podría ver que este bien y todo porque... ¿Ya sabes que soy doctor?

Will era un maestro en hacer el ridículo frente a su futura cuñada. Gracias a los dioses Hazel no se burló de él, sólo sonrió.

—¡La verdad me parece perfecto! Sé que Nico no iría jamás a un hospital por su cuenta, aunque está vez me parece que se ha enfermado peor de lo que acostumbra. ¿Seguro no te molesta ir a verlo? Te daré su dirección

Definitivamente no le molestaba, además obtenía la dirección del azabache como bonus.

One-shots: SolangeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora