La primera noche

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Misaki se encontraba dando vueltas por la casa, estaba más que nervioso y no se podía mantener quieto en un solo lugar, dado que hoy, después de verse como una fecha tan lejana, sería el día de su estreno. Y claro siendo sinceros no era algo que le gustaba, pero más que mal, ya había llegado a este lugar de trabajo y no veía una alternativa rentable para sobrevivir.

El cómo había terminado en un lugar así, que de saber su hermano no le dirigiría nunca más la palabra, era porque dada su apariencia y contextura física en ningún otro lugar lo lograban aceptar, el por años se había dedicado a otro tipo de labores pues no tenía necesidad, sin embargo por culpa de su padre, sus apuestas y las prostitutas lo habían perdido todo, sumándose a que su madre se había suicidado.

El quedó a cargo de su hermano mayor y ambos en la ruina, el poco a poco trabajó para mantener a Misaki, en un par de años conoció a una hermosa y amable mujer, al poco tiempo se casó. Le ofreció a su hermano ir con él a la ciudad natal de su esposa, pero Misaki se negó, ya no podía seguir siendo una carga, necesitaba hacer su vida y dejar a su hermano vivir, si bien siempre se escribían, no se han visto en casi un año.

Pese a que busco y busco trabajo, nunca le fue bien. En uno de sus últimos trabajos lo trataban muy mal, y en una noche desgraciada unos hombre intentaron violarlo por su apariencia, y para mala o buena suerte, su vida fue salvada por Ryūichirō Isaka, quien al ver un buen negocio en el cuerpo del joven, le ofreció una buena vida y dinero, a cambio de trabajar en su casona, la cual era conocida por lo que se dedicaba, así que sin muchas ofertas y con su vida a cuestas del hombre frente a él, aceptó, pensando en lo que esta nueva decisión significaba en su vida.

El tiempo de entrenamiento fue cerca de un mes, no se quejaba del ambiente. Durante la tarde, con sus hermanos, nombre que se le daba a los otros hombres que trabajaban en el lugar, jugaban y limpiaban, todos eran sus simpáticos y cariñosos, vivían entre cantos, risas y bromas.

Le enseñaron distintas formas de satisfacer a un hombre, frente a los sonrojos del menor, quien estaba cada día más nervioso, mientras su fecha límite se acercaba, pero estaba decidido, no cambia de opinión, además realmente era agradable el lugar.

Y la noche finalmente llegó. Ritsu, uno de los más cercanos al joven lo ayudó a vestirse adecuadamente, con una ropa nueva y realmente hermosa para la ocasión, le arregló su rebelde cabello, despejando sus agradable rostro, le dio un abrazo y le deseo toda la suerte del mundo.

— Misaki, espero no seas tan grandioso, porque créeme los millonarios son míos, ni se te ocurra quitarme a mi clientela — dijo un Ritsu, medio en broma, medio verdad, con una mirada un tanto aterradora. Pues él estaba decidido a juntar mucho dinero en poco tiempo, para lograr volver a ser lo que fue, levantar su nombre y su estatus de vida, pero eso era otra cosa. Misaki solo respondió con una Risa nerviosa, pues sabía que esa amenaza era más real de lo que aparentaba.

Ese sábado a las nueve de la noche comenzó la acción, poco a pocos fueron llegando los hombres de la elite por un par de copas y si el dinero y las ganas acompañaban un hermoso putito para irse a la cama.

Mientras comenzaba el show y las subastas, pues ese era el sistema de obtener compañía, los hombres de importancia en la casa se presentaban frente a todos con sus hermosos ropajes, y los hombres ofrecían y ofrecía, hasta cuando nadie podía más y el putito en cuestión tenia dueño por un par de horas.

Claro que hoy era una noche distinta, se remataba a un virgen y por cierto la nueva y tierna adquisición Isaka.

Mientras llegaba la hora de la subasta, los de más bajo rango cantaron y ofrecieron distintos tipos de alcohol a sus los invitados de esa noche. La subasta esa noche comenzaría con Misaki, pues era el gran atractivo de esa noche.

Pero el no se había dado cuenta, que mientras esperaba su turno de salir adelante, encontrándose sentado, siendo calmado y recibiendo consejos de última hora por sus hermanos, un par de ojos color plata no le quitaba la vista de encima, y tenía claro ese joven lo había cautivado y él le arrebataría su primera vez de la forma más dulce que pudiera.

Al fin llegó la hora de Misaki, estaba más que nervioso y tropezó unas veces al subir a la tarima, se sintió abrumado con los distintos tipos de mirada que estaba recibiendo, desde las más lascivas a las más tiernas.

Solo se presentó indicando su nombre real, pues en este prostíbulo nadie usaba sobrenombres, dado que Isaka decía que este tipo de comportamientos solo demostraban vergüenza de la profesión, y como bien decía él, en su local ningún muchacho se avergonzaba de lo que hacía, o al menos así se tenía que mostrar.

Los hombres rápidamente comenzaron a subir las apuestas y ya estaba a un precio bastante alto, no tanto como el de Ritsu, pues hasta ahora nadie lo había logrado superar, pues si bien él no fue criado para esto, desde el comienzo mostró un talento innato.

Cuando ya se tenía al ganador y quedaba el último segundo de presentar un valor, el joven de cabellos plateados y voz ronca hablo, superando cualquier cifra, mientras le daba un trago tranquilo a su alcohol y dedicada una pasional mirada al menor, quien solo se estremeció ante la semejante forma que lo estaban observando.

Todos aplaudieron y el joven fue hacia su primer cliente, se acercó de forma tímida y le ofreció la mano, guiándolo hasta la habitación que los esperaba para la ocasión. El mayor pudo notar el nerviosismo en el otro por el sonrojo de sus mejillas y la forma en que su húmeda mano temblaba al tomar la de él.

Al entrar a la habitación, la cual muy lujosa, con velas y pétalos de flores por el suelo, y un lecho esperándolos para la acción.

El menor torpemente sentó a su amo, acto seguido se puso en sur piernas, y torpemente comenzó a desvestirlo, mientras besaba sus hombros de una forma cálida e inocente.

El mayor se dio cuenta que era momento para entrar en acción, giro rápidamente y puso bajo él, al joven Misaki sujetándolo por las muñecas, le abrió sus ropajes rápidamente y comenzó a besar su torso de forma rápida, mientras su lengua se encargaba de recorrer cada centímetro de piel. Luego posó su atención en los rosados y llamativos pezones del joven, dio unos suaves besos y luego poco a poco comenzó a succionar, haciendo estremecer al joven en cuestión, para terminar su jugaba con suaves y delicados mordisco, haciendo que el otro dejara escapar uno que otro gemido.

Luego su mirada se centro en la del otro, el cual al percatarse enrojeció aún más si es que eso fuera posible, le susurro palabras hermosas, mientras se acercaba a sus labios y besaba su comisura, para terminar en un beso pasional, donde sus lenguas jugaban una fogosa danza.

Finalmente se dio cuenta que tanto él como el muchacho estaban listos, que sus cuerpos reclamaban atención.

De un tiros terminó de desnudar a su compañero, quien absorto en tanto placer olvido todo pudor, mientras el también quedó en igual condición en un par de segundos.

Con su boca hizo un recorrido desde los suaves y rosados labios del joven, hasta su entrada muy pequeña y apretada, dejando un camino de caricias y placer. Para finalizar por introducirla en este lugar, ante lo cual el menor hizo un intento de alejarlo, el cual fue frenado por el mayor.

Lubrico bien el lugar, para luego juguetear con sus dedos en la entrada, mientras ésta poco a poco se relajaba y accedía a un dedo tras otro.

Cuando ya se dio cuenta que Misaki estaba preparado, se posó frente al menor, poniendo una mano a cada lado, previo a levantarle las piernas de este por sobre sus hombros, dejando a vista y paciencia la apetecible entrada del menor. Y lentamente introdujo su miembro en el estrecho lugar, ya estando dentro abrazo al joven, lo rodeo con sus brazos,lo beso y mordisqueo sus orejas, excitándolo cada vez más. Cuando este ya estaba acostumbrado, comenzó con un suave movimiento, para lograr más tarde grandes y potentes estocadas que solo provocan placer en ambos, cuando ya se dio cuenta que estaban cerca del punto culmine, poseyó los labios del joven y unieron sus lenguas entre besos y jadeos, para terminar en un orgasmo en conjunto que a ambos los hizo tocar el cielo.    

Casa MarukawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora