Un poco de calma antes de la acción

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Estaba cerca de amanecer cuando Hatori corría a toda velocidad por la ciudad, lo único que deseaba era llegar pronto a la casa Marukawa para poder hablar con su amor, sabía que podía perdonar todo pues el amor era mil veces más fuerte, le urgía decírselo, pero por sobre todo saber que este estaba bien, aún se veían a su cabeza aquellas horribles imágenes del cuerpo inerte de Chiaki.

Isaka despertó maldiciendo al escuchar los estruendosos golpes en su puerta, de inmediato pensó que algo había pasado con Ritsu, así que despertó a su amor, quien tenía el sueño bastante profundo.

—Ya no te amo Asahina, te dejaré.

Con esa sola mención, el más alto despertó rápidamente y miro con odio a su pareja, ya se vengaría por despertarlo de la forma más horrible. Ambos se arreglaron un poco, pues estaban desnudos y se levantaron velozmente a ver quién diablos molestaba a estas horas.

Cuando en la puerta se encontraron con un hombre que no tenían idea quien era, no lo dejaron pasar pese a que este suplicaba ver a Chiaki.

Yukina y Kisa quienes también habían despertado con los golpes se hicieron presentes, de la mano y con un aspecto sumamente desaliñado que daba risa. Al reconocer al hombre, le explicaron a Asahina que era de confianza y que ellos lo guiarán a la habitación del muchacho.

Estando por llegar, ambos hombres lo arrinconaron contra una muralla, cada uno sosteniéndolo de un brazo.

—Hazlo llorar y te echamos a patadas. Hazlo sufrir y te matamos — Lo dijeron al unísono, y de una forma sumamente aterradora, que solo le hizo tragar con dificultad al hombre en cuestión. La pareja lo dejó frente a la puerta y juntos de la mano, se fueron a dormir nuevamente.

Tocó la puerta nerviosa, al ver que nadie abría insistió un poco más. Chiaki se levantó cansado, le dolía moverse y estaba bastante mareado, pensó que debía ser alguno de sus hermanos, pero se le hacía raro que tocaran la puerta en vez de sólo pasar, pues había absoluta confianza. Sus ojos expresaron terror, cuando vio que quien estaba frente a él, era su ex gran amor. De inmediato intentó cerrar la puerta, pero este lo detuvo y logró entrar.

Chiaki intentó reclamar, pero de su voz no salieron más que sonidos roncos, acto seguido se desvaneció, siendo por suerte, sujetado por el mayor, quien no entendía qué estaba pasando. Rápidamente lo puso sobre su cama y lo arropo, pues el muchacho temblaba de frío y también tenía fiebre, necesitaba su maletín con medicina. Busco algunos paños y los humedeció, para salir corriendo rumbo a su casa en busca de todo lo necesario para asistir a su amor.

—¿Así que me dejaras cariño? —  A continuación, Asahina le propinó una juguetona nalgada, para luego dar paso a algunas más que de inmediato le dejaron una leve marca rojiza.

—Kaouru, sabes que jamás haría algo así, te amo con mi vida —  al decirlo, Isaka se colgó del cuello de su amor, para comenzar a abrazarlo y besarlo de forma juguetona, incluso lo lamia con malicia. Este lo recibió gustoso y siguió el juego, terminaron haciéndose cosquillas y riendo juntos, para luego fundirse en un abrazo y volverse a dormir.

Isaka fue el primero en quedarse dormido, Asahina lo acurruco en su pecho y comenzó a acariciarle el cabello que cada día estaba más largo, pero le gustaba, le recordaba cuando eran jóvenes, ya llevaban tantos años juntos que le era imposible pensarse sólo, sabía que la separación solo llegaría con la muerte, y creía que si su Ryuchiro se iba primero, él no lo pensaría mucho para seguirle sus pasos. Suspiro, realmente nunca pensó que la felicidad era real, haría todo lo posible para que los jóvenes del burdel lograran vivir lo que él tenía en esos momentos, se durmió acariciando a su único y gran amor.

Casa MarukawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora