CAPÍTULO 4

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OCTAVIA

Su día transcurrió con normalidad.   Hacia las cuatro y media vio entrar por la puerta de su despacho a Gina y Clarke.


- Pero,  Gina   ¿Qué haces aquí?   ¿No tenías que estar de reposo?   -le dijo a su amiga medio regañándola.

-Y he estado. Sábado, domingo y lunes;  tres días    -señaló Gina con sus dedos haciendo como que contaba con ellos.

-Pero el sábado no cuenta... Te hiciste el esguince de madrugada   -le dijo O.

- ¿Ves?   -se sumó  Clarke a la regañina a Gina-.    Lo  mismo le he dicho yo,  pero es una cabezota. Se ha empeñado en que tenía que venir a ayudarme con el reportaje de la científica.

-Por cierto, ¿qué tal  te fue?     -le preguntó Octavia a su amiga.

-Tendría que decir que bien...  Una mujer interesante,  la verdad y guapísima...   -dijo Clarke con cierto tono meditabundo.

-¿Y entonces?     -preguntó  Octavia mientras se reclinaba en la silla prestando toda su atención a lo que su amiga estaba diciendo.

-Me tiró los tejos casi desde el minuto cero.   Ya sabes que a mí no me gustan las del tipo depredador y creo que esta era una auténtica loba   -respondió Clarke.  Raro, fue raro. Interesante pero raro.


Octavia comenzó a recoger las cosas de su mesa y se dirigió hacia la percha donde colgaban su abrigo y su bolso.


- ¿Y  tú dónde vas?    -se escuchó en el despacho la voz interrogante de Gina-.  Y además tan guapa.   ¿Tienes una cita?    ¿Con quién?

-Jajaja,   -se rió Octavia ante la insaciable curiosidad de su amiga- toma aire Gina, que con tanta pregunta y tan rápido te vas a ahogar.

-Sí, sí, pero tú no te hagas la loca y contesta...   -insistió entonces Clarke.

-Madre mía, vaya dos  ¿Os acordáis que el sábado coincidí en el nuevo local con una antigua compañera del Instituto? -comentó Octavia-. Pues he quedado con ella para tomar un café.

-¿Con ella? ¿Por qué?¿Te gusta? -Gina atacó con una nueva batería de preguntas.

-No lo sé, la verdad.  Tan solo es una antigua compañera con la que me voy a poner al día, después de muchos años de no vernos.  Nada más.

-Tú siempre tan receptiva,  linda   -le espetó Clarke con ironía-.   La verdad es que ya va siendo hora de que dejes aparcados esos "nada más"  y abras la puerta a algún " quizás".   ¿Es guapa? ¿Es buena chica?

-Es muuuuy guapa y era buena chica.  En el instituto era un encanto. Ahora, no lo sé. Ya veremos..

-Sí cariño , ya va siendo hora de que... -comenzó a decir Gina.

-Gina...    -cortó Octavia por lo sano negándose a dejar a su amiga completar la frase que iba a decir.

-Vale,  lo siento, me callo.  Solo queremos que seas feliz   -le  puso un puchero a Octavia para hacerse perdonar la casi metedura de pata anterior.

-Estoy bien.  Me marcho,  que al final voy a llegar tarde...


Octavia se dirigió al lugar de la cita y en su cabeza martilleaban todavía las palabras de Gina "Ya va siendo hora de que.."   Por protegerse, llevaba tanto tiempo cerrada a la posibilidad de que nadie entrara en su vida que, a lo mejor sus amigas tenían razón y sería más sencillo dejar entrar a alguien y permitirse volver a ser feliz de nuevo, que permanecer cerrada a cualquier contacto y seguir llevando la anodina vida que llevaba.  Sumergida en sus pensamientos llegó hasta la puerta del Café y la vio en la mesa del fondo.   Se frotaba las manos nerviosa, estaba espectacular y  parecía tener una actitud desvalida.  Una ola de ternura recorrió el interior de Octavia  y decidió,  por primera vez en mucho tiempo dejarse llevar.   Con su mejor sonrisa se dirigió hacia la mesa que ocupaba Raven.

AACLARKE (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora