Raven, Luna y Anya, las amigas de Lexa, todas sabían de la afición por la literatura de su amiga. Cuando les contó que se había decidido a publicar un relato en una página de internet todas se pusieron contentísimas. Pero no consiguieron que Lexa les dijera de qué página se trataba. Era tan pudorosa; decía que se moriría de la vergüenza si ellas leían sus cosas, e internet le daba ese punto de anonimato que ella necesitaba para animarse a compartir lo que hacía. Al fin y al cabo eran personas desconocidas las que iban a juzgarla y si bien le encantaría que sus historias gustaran, si no era así, la sensación de fracaso y rechazo sería menor que, si las defraudadas fueran las personas que ella más quería. Le preguntaron si le había dicho algo a Clarke y respondió que no, pero que lo haría.
Cuando Clarke llegó al periódico todavía tenía esos sentimientos contrapuestos respecto a lo que Lexa había hecho. Por una parte estaba la alegría de comprobar en el texto escrito por su chica, que esperaba un final feliz con ella y por otro lado, estaba la pequeña decepción que suponía que Lexa no hubiera querido compartir ese aspecto de su vida con ella. Cuando esa noche volvió a su casa, se encontró a su novia recién duchada y comenzando a preparar la cena.
-(Clarke se acercó a Lexa y depositó un beso en sus labios) Hola mi amor, ¿qué tal ha ido tu día? -le dijo Lexa degustando la suavidad de los labios de la rubia sobre los suyos.
-Uf, hoy estoy muy cansada, acabo de salir de una reunión pesadísima y solo tengo ganas de relajarme un poco. ¿Has salido a correr? -le preguntó a su princesa de ojos verdes.
-Claro, como siempre. Anda, ve si quieres a la ducha y ponte cómoda peque, yo me encargo de la cena -le propuso dulce Lexa.
(Clarke se abrazó a ella) Ummm, me vas a mal-acostumbrar si me mimas tanto... -dijo casi ronroneando mientras seguía abrazada por detrás a su chica, apoyando el rostro en la espalda de Lexa, embriagada con su perfume.
-(Lexa se dio la vuelta, tomó el rostro de Clarke con ambas manos y la besó suave en la nariz) Solo lo que te mereces, mi vida -le susurró.
Clarke se duchó, se puso cómoda y se sentó a cenar con Lexa. No se podía sentir más querida. La castaña de mirada esmeralda no consintió que recogiera la mesa y le insistió para que se sentara tranquila en el sofá mientras ella arreglaba la cocina. Cuando acabó y se sentó con ella, Clarke, mimosa, se le echó encima y Lexa le abrió sus amorosos brazos cobijándola entre ellos. Estaban viendo una serie de televisión que a ambas les gustaba.
- ¿Sabes? -comenzó diciendo Lexa-. Tengo que decirte una cosa, pero me da un poco de vergüenza. El otro día mandé un pequeño relato a una web de internet y lo han publicado.
-¡Pero eso es estupendo! -exclamó Clarke.
-Sí estoy contentísima, la verdad -dijo esbozando una franca sonrisa.
-Bueno, a ver si voy a tener que empezar a pelearme con tus admiradoras... -le dijo Clarke en tono jocoso.
-¡Qué tonta eres! -le dijo Lexa-. Qué admiradoras ni qué gaitas. Ni siquiera sé si alguien lo ha leído. De todas formas no creo que le guste a mucha gente. Allí escriben muchas personas y algunas lo hacen francamente bien, con historias que atrapan, con muchos giros argumentales... Y ya sabes, yo soy del tipo comedia romántica, con enredo predecible y final feliz.
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AACLARKE (COMPLETA)
RomanceClarke entró como un torbellino en la vida de Lexa. Se vieron en un bar de ambiente y a los cuatro meses se había mudado a su apartamento. Clarke es periodista, Lexa es químico; Clarke es alegre y desorganizada, Lexa es equilibrada y metódica; Cla...