EPÍLOGO

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Se amaron con ansia.  Raven queriendo resarcirse de todo el tiempo perdido, queriendo derramar todo el amor acumulado y Octavia aprendiendo a confiar, abriendo su corazón y su cuerpo al placer y la pasión,  de nuevo.  Ellas empezaban a escribir un nuevo capítulo en sus vidas,  una  historia en una página en blanco.  Sus cuerpos yacían  exhaustos en la cama.  Raven dormía abrazando por detrás a Octavia como queriéndola retener,  evitando que volviera a escaparse  y Octavia sujetaba sobre su tripa los brazos de Raven, sintiéndose  segura y plena.



En el hospital, Clarke miraba impaciente el reloj  esperando la aparición del doctor, que le indicara que podría reunirse con Lexa.  Lo último que le habían dicho era que, tras las pruebas realizadas, habían descartado que hubiera hemorragia cerebral o cualquier otro tipo de sangrado interno y que el neumotórax por traumatismo que había  padecido estaba siendo tratado y Lexa respondía bien al tratamiento.  Le indicaron que enseguida podría abandonar la UCI y sería trasladada  a planta y que si las cosas iban bien, en una semana estaría en su  casa, con precaución y reposo,  pero en casa.


Clarke no veía el  momento de estar con ella,  de tocarla,  de sentirla.  Había estado a  punto de perderla dos veces y era más de lo que podía soportar.  No  podía evitar culparse de todo lo que había sucedido.



El doctor apareció por la sala de espera para darle el último parte y acompañarla a la habitación donde habían instalado a la castaña de los  hipnotizantes ojos verdes. Le impresionó verla, toda magullada todavía,  pero al menos le habían retirado el oxígeno y  el drenaje y no estaba conectada a ninguna máquina.  Estaba dormida todavía.  Se inclinó sobre su cama y le besó suavemente la mejilla,  la comisura de los labios,  olió su piel y frotó su mejilla  con cuidado contra la suya.  Acercó una silla a la cama y le sujetó la mano, besándosela, acariciándosela, apretándola contra su mejilla,  sintiendo el calor de su contacto. Todavía se estremecía pensando que había estado a punto de perderla.



"Nunca había querido a nadie como te quiero a ti    -declaró Clarke  en voz alta, quizás hablando más para sí misma que para Lexa, quien  permanecía con los ojos cerrados-.  Y nunca había sido tan estúpida con nadie como lo he sido contigo.  Fui tan tonta como para creer que eras mi fantasía,  la princesa encantada de mi cuento y no me percaté de que eres todo lo contrario,  eres mi realidad, mi ancla al mundo, mi viaje a la cordura.  Queriendo vivir en mi  perfecto reino de fantasía no me di cuenta de que la felicidad se construye de cosas tangibles, con esas pequeñas imperfecciones que aprendemos a superar, con esos pequeños enfados que deriven en apoteósicas reconciliaciones,  con todas esas pequeñas cosas que no me gustan de ti , pero que redimen mis propias  taras.  Eres mi pasaporte a la normalidad,  mi viaje a la felicidad y he estado a punto de perderlo todo por mi mala cabeza.  Perdóname, amor, perdóname. Te amo.



Vio una lágrima deslizarse por el rostro de Lexa y una sonrisa asomar a su boca.   Se levantó y le repitió  "Te amo"  mientras depositaba un dulce beso en sus labios.




Hasta aquí este nuevo fic.  Ya sabéis, en mi línea, cortito, meloso y sin complicaciones. Muchísimas gracias a las que me habéis regalado vuestro tiempo. No sabéis hasta qué punto gratifican vuestros comentarios y/o vuestros votos.

Me estrené con una adaptación que gustó bastante y me daba un poco pudor continuar con mis historias.   A  veces, después del esfuerzo de hacer un fic piensas si en verdad merecerá la pena compartirlo,  si habrá alguien por ahí al que le mueva algo dentro.   A unas pocas de vosotras sí,  ahora lo sé.    Y solo por eso, merece la pena .

Mi agradecimiento y mi cariño.

Fdo: Despistada

I'LL ALWAYS BE WITH YOU.


AACLARKE (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora