CAPÍTULO 7

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RAVEN Y LEXA

Raven rompió a llorar.   No entendía nada.     Le faltaba el aire.  Apenas podía respirar y le dolía el pecho.  Todos los fantasmas que había intentado conjurar en los últimos días se pasearon burlones por sus pensamientos.  ¿Qué habría pasado?  ¿Por qué Octavia había anulado la cita? Y sobre todo ¿Por qué Octavia no había querido hablar con ella, por qué  O pensaba que ella ni siquiera merecía una explicación? Raven hubiera podido entender casi todo. Hubiera entendido que la morena  le hubiera dicho que no estaba lista para una relación. Hubiera entendido que Octavia  le hubiera dicho que prefería no darle falsas esperanzas porque ella no le gustaba. Hubiera entendido que O estuviera cómoda en su soledad y no se planteara compartir su vida con nadie. Y hubiera entendido que Octavia le hubiera dicho simplemente que en su primera cita se precipitó al aceptar quedar con ella y que prefería dejar las cosas como estaban. Hubiera entendido cualquier explicación, pero lo que no le entraba en la cabeza era que Octavia ni siquiera considerara que ella era digna de merecer una aclaración.

Cogió el teléfono y marcó el número de Lexa.   Quería hablar con alguien que la quisiera y que la consolara,  que le ayudara a entender qué estaba pasando.  Alguien que quisiera cuidarla y no pisotearle el corazón. Alguien en quien pudiera confiar en cualquier circunstancia.  En cuanto Lexa escuchó la congoja en la voz de su amiga,  le aseguró que en menos de media hora estaría en su casa y allí se presentó.  Cuando llegó,   Raven se acurrucó sobre el pecho de su amiga  y lloró,  lloró y lloró hasta que casi no podía abrir los ojos de la hinchazón.  Lexa la acogió tiernamente en sus brazos y dejó que su amiga se vaciara.   Cuando cesó el llanto,  la separó de su regazo.


-Bien,  dime qué ha pasado    - le dijo dulcemente Lexa.

-Anuló la cita   (Raven apenas era capaz de articular palabra)

- Bueno,  eso no puede ser tan grave     -intentó tranquilizar Lexa a su amiga.

-No,  no lo entiendes.  Me mandó un mensaje diciéndome que había sido un error quedar conmigo  y que no la molestara más    -Raven hablaba apenas con un hilo de voz mientras mudas lágrimas surcaban su rostro.  Lexa nunca había visto así a su amiga.

- Y eso  ¿por qué?    -la voz de Lexa sonaba incrédula y angustiada.  No sabía qué hacer o qué decir para consolar a su amiga.   Pero  ¿qué iba a decir si ella tampoco entendía nada?

- No lo sé,   no me ha dado más explicaciones     -la  mirada de Raven se encontraba perdida mientras la morena se frotaba nerviosamente las manos.

- Pues algo debe de haber pasado.   Llámala y pídeselas.   No puede tratarte así     -la voz de Lexa sonaba indignada.   Se levantó casi de un salto, cogió en su mano el teléfono inalámbrico y se lo tendió a Raven.

-(Raven negó con la cabeza y rehusó coger el aparato)   Me dejó muy claro que no quería que la contactara de ninguna forma.

- ¿Y te vas a conformar?     -le dijo Lexa con cara de asombro,  sin dar crédito a lo que estaba oyendo-.    ¡Eres tan orgullosa!

- No se trata de que me conforme o no,  ni se trata de orgullo.  Se trata de lo que es.   Y eso es que ella no quiere verme y que considera un error haber contactado conmigo     -apuntó Raven.

-¡Pero tú la quieres!   -insistió Lexa-    ¡No puedes rendirte tan rápido!

-Una solo se rinde cuando ha estado peleando,  pero a mí no me han dado ni siquiera la oportunidad de hacerlo    -dijo Raven abatida-.     No lo entiendo.   Le confesé lo que había sentido por ella,  le confesé lo que todavía sentía por ella.  Me dio esperanzas, me hizo ilusionarme...

AACLARKE (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora