Capítulo XVI. El cobarde

1.8K 124 14
                                    

¡Hola Chic@s! Muchas gracias por la aceptación. Vamos con un capítulo algo difícil pero necesario.
DISFRUTEN SU LECTURA...

>> Habitación Victoria <<

Max: ¿quién será a esta hora? (extrañado).

I: no lo sé, a lo mejor se olvidaron de algo Antonieta o alguno de ellos y regresaron.

F: puede ser, es lo más probable porque nadie más podría venir a esta hora.

V: hija, ¿qué pasó con tu operación?

F: la pospusimos hasta que te recuperaras pero seguí con mis terapias, así que sólo es cuestión de agendar la cirugía, ¿no Heriberto?

H: sí, eso es lo único que hace falta.

V: ah bueno, espero sea pronto hija porque no quiero que por mi culpa.

F: (interrumpiéndola) no es tu culpa, fui yo la que no quiso operarse hasta que tú estuvieras bien (sonrió).

>> Vestíbulo <<

M: ¿qué busca aquí señor Sandoval? (Seria).

O: vengo a ver a Victoria, me dijeron que ya estaba en MI casa y aquí estoy (arrogante).

M: pues discúlpeme pero vino en vano porque no podrá verla, ya está descansando (grosera).

O: no me pienso ir de aquí hasta verla (subiendo las escaleras).

M: oiga, le dije que no podía pasar a verla (yendo atrás de él).

Lo siguió y logró detenerlo en la puerta.

M: por lo menos permítame avisarle que está aquí, ¿quiere?

O: de acuerdo (serio).

>>Tocaron a la puerta.

M: mamá, tienes visita (seria).

V: ¿una visita a esta hora?, ¿quién? (Sospechando).

O: (apareciendo) aquí estoy, Victoria (sonrió).

I: ¡qué demonios haces aquí! (Furiosa).

F: no te dejamos muy claro que no te aparecieras por aquí (seria).

O: si vine fue porque esta también es mi casa, créanme que me quedó muy claro que no me acercara pero me dijeron eso en el hospital no aquí así que quiero hablar con Victoria, además supe que ella me estaba buscando ¿o me equivoco? (Mirando a Victoria).

V: no, no te equivocas, si te busqué pero hace una semana (seria).

O: como ya dije, tu hija me prohibió la entrada al hospital por eso tuve que esperar a que estuvieras en NUESTRA casa (altanero).

I: ¡pues ya la viste, puedes irte!

O: (ignorándola) Victoria, ¿me permites conversar contigo A SOLAS (mirando a todos) unos segundos?

V: está bien, pero sólo unos segundos porque es tarde y debo descansar (calma) déjennos solos por favor.

Todos salieron de la habitación, Isabella hecha una furia y Heriberto muerto del coraje y los celos porque Isabella le había contado todo, pero Victoria había dicho una cosa y por eso lo hicieron así que se fueron a la sala.

I: ¡no lo puedo creer!, ese imbécil otra vez se salió con la suya (furiosa).

F: cálmate, no vamos a dejar que esté mucho tiempo con ella.

El Sueño De Un AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora