Esperanza

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"Finché c'è vita c'è speranza"

Una frase que he escuchado tantas veces: "Donde hay vida, hay esperanza",.

No importa las circunstancias o el lugar, aunque sea el ultimo suspiro de vida habrá esperanza. La esperanza de salir corriendo y huir lejos, donde el mal no domine. Donde la vida sea el motivo mayor de importancia, donde la meta final sea sobrevivir. 


El dolor sacudia mi alma, el miedo se apoderaba de mi ser y la desesperación era mi compañera diaria. El estar aqui, en un lugar totalmente alejado de mi vida cotidiana, con una persona que apenas conozco y que ya me ha mentido tanto.

 ¿En quien puedo confiar? 

No lo se, no se si Lorenzo quiere mi bien o solo alejarme para que los guardianes tengan un trabajo mas fácil. No se si Julian en donde este estará protegiendo a mis padres o habrá ayudado a los guardianes a encontrarlos. No puedo confiar en nadie, en este momento solo soy yo contra todo lo desconocido. 

Aun sigue resonando en mi cabeza lo que Lorenzo me dijo hace tiempo atrás: "Haré todo lo posible por protegerte". No puedo creer en sus palabras después de tantas mentiras que su boca pronunció.

-Lorenzo, estas aquí.- 

Una voz de mujer me aparto de mis pensamientos. Una joven rubia de piel morena corría hacia él, su cabello era largo y muy lacio. Mientras corría revoloteaba en el viento y su brillo resplandecía en la oscuridad. 

-Samanta.- Dijo Lorenzo y también corrió a su encuentro. Yo los observe desde lejos, una extraña sensación nació en mi: CELOS. 

-Ven Luna, quiero presentarte-. Dijo y me acerque, ella me miro fijamente a los ojos con una sonrisa burlona. Sus ojos de color gris, pero no cualquier gris, sino el color que refleja un cielo nublado cuando estas seguro de que el agua caerá sobre el suelo y mojara cada centímetro de tu cuerpo a la intemperie. Su figura estaba tallada amano por los dioses griegos, nunca vi una mujer tan bella. Pero se notaba que algo oscuro escondía en su interior, algo tan o mas oscuro que este cielo sin brillo. -Ella es Samanta, una vieja amiga.- Concluyo Lorenzo. 

-Oh, ¿solo como vieja amiga me presentaras?. Soy mucho mas que eso.- Dijo y lo miro con una cara de frustración. 

-Hola, yo soy Luna.- Dije sin mas, me miro y asintió con la cabeza. 

-Ven Lorenzo tienes tanto que contarme.- Tomo su brazo y lo alejo de mi. Lorenzo giro hacia mi y yo lo fulmine con la mirada para que note mi gran enojo. A decir verdad no se porque estaba tan enojada, él no era otra cosa que mi protector (si es que es cierto) su única función es cuidarme, nada mas.

Me senté sobre una roca y nuevamente surgieron pensamientos tormentosos en mi mente. Esperanza, la única esperanza con la que podía contar era con la que Julian trajera a mis padres con vida. Es ilógico poner todas tus esperanzas en una persona que ni siquiera conocía. Mi mundo se puso patas para arriba, la gente que conocía ya no estaba a mi alrededor, en su lugar tengo a jóvenes extraños que procuran cuidarme. Lo peor de todo es que cada día que pasa hay una persona nueva que conocer, es frustrante saber que todos tienen años de amistad o lo que fuere y yo aparecí ahí, para descolocarlos totalmente a todos. 

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