Me desperté por unos besos en mi cuello, abrí lentamente los ojos encontrando me con Jacob encima de mi, sólo en boxers y se veía tan sexy así y su pelo despeinado.
- Bueno días princesa.- Me sigue besando el cuello.
- Bueno días.- Sonreí tiernamente ahora yo poniendome encima de el.
- No te quiero coger de nuevo así que no me provoques.
- Por mi no hay problema.- Lo beso al igual que el a mi. Minutos después me separe.- Bueno si hay un problema.- Hice puchero.
- ¿Cuál?.- Me veía confundido.
- Me muero de hambre.- Reí junto a él.
- Vamos a desayunar pues.- Nos levantamos.
Yo bajé a la cocina mientras el se duchaba, hize unos PanCakes y jugó de naranja. Estaba sirviendo cuando siento unas manos en mi cintura, dejo la pala y el me abraza aún más fuerte.
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Me da la vuelta y le sonrió, el me besa y así duramos hasta que su estómago gruñe de hambre, río y le dejó su plato con el desayuno en la mesa, el se sienta al igual que yo, empezamos a comer y en segundos nuestros platos quedan vacíos.
- Que tragon eres.- Me burló.
- Mira quien lo dice.- Se recarga en la silla. Yo le saco la lengua como niña chiquita, el también lo hace.
Me paro de mi asiento y me siento en sus piernas besándolo. El se para y quita algunas cosas de la mesa y me sienta aún besándome.
- ¿Quieres seguir jugando?.- Con su mano recorre mi cuerpo.
- Me dejaste sin fuerzas. Aguantate.- Me burlo.
- Pero tu eras la que me pedía más.- Caturreo llendo a la cocina.
- ¿Yo? No te pedía nada niño.- Escupió el agua que tomaba ya que le pique las costillas con mis dedos.
- ¿Así que quieres jugar así? Okey, a jugar.- Corrió en mi dirección.
- Maldición.- Maldecía mientras corria hacia algún lugar para que no me atrapará.
Encontré algo como una guarida secreta. Entre allí y era la habitación del pánico si se podía decir así. Habían ¿armas? Y todo tipo de armas, me les quede viendo por unos minutos hasta que escuche la voz de Jacob llamandome.
Salí de ahí y busque a Jacob, cuando lo encontré, lo volví a asuatar, grito como niña pequeña lo cual hizo que Riera con mayor intensidad y que el se enojara algo conmigo.
- No hagas eso.- Me regaño y yo le sonreía inocentemente.
- Yo no estoy haciendo nada.- Me di la vuelta y corrí a la habitación ya que lo escuchaba detrás de mi.
Llegué y me tiré en la cama jadeando y recuperando el aire que había perdido, por que no soy muy buena en los deportes, siempre he sido muy tonta para correr, ya que siempre me caía.
- Aquí-es-es-estas.- Dijo Jacob poniendo sus manos en sus rodillas flexionadas recuperando el aire.
- Que poco aguantas.- Me burle.
- Callate que tu estabas igual.- Se quejo.
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Gracias por leer. Lamento las faltas ortográficas.
