-¿Hiciste lo de matemáticas?- Escuché una voz que al instante reconocí, y como no reconocer la voz tan dulce de esa persona. Miré hacia dónde provenía la voz, y vi a mi mejor amiga dirigiéndose a mi lugar.
Ariadna, se volvió mi mejor amiga desde que entramos a secundaria, ella es chaparrita, morena, e inteligente, su cabello es negro y le cae hasta la cintura en una coleta, sus ojos son cafés, compartimos muchas cosas, nos encantaba cantar, era lo que más disfrutábamos juntas, aunque nuestra voz fuera como la de una morsa, y eso es ofensivo para las morsas. Ella y yo éramos mejores que el FBI y la CIA fusionados cuando se trataba de saber algo, nosotras lo llamábamos comunicación, reíamos de todo y de nada a la vez. Éramos el mejor equipo, ella era mi confidente, ella era mi psicóloga, ella era mi todo.
-Sí.- dije mientras ella se situaba en su mesa.
-Pásamelo- dijo mientras sacaba el cuaderno.
-Ten, pero no estoy segura de que estén bien.- le dije mientras le tendía el cuaderno
-No importa.- dijo y lo recibió.
Se sentó en el asiento que estaba detrás del mío y comenzó a copiar mientras yo nuevamente me agaché tratando dormir. Poco a poco todo se tornó negro y por fin dormí un poco.
El sonido del timbre me despertó, probablemente sólo dormí cinco minutos, las clases habían comenzado. Era un martes por la mañana, así que la primera clase era Historia.
Yo odiaba la historia, tal vez porque no la cuentan como es, tal vez porque los maestros hacen que me de sueño, o simplemente nunca me gustó.
La profesora Lidia entró al salón, ella era una mujer soltera de probablemente cincuenta y cinco años, de estatura baja y cuerpo proporcionado, a pesar de ser mayor mantiene una buena figura, su voz es muy dulce y calmada, y con hablar un poco duerme a cualquiera, es por eso que en su clase todo el salón estaba bostezando.
-Buenos días- dijo al entrar.
-Buenos días- respondimos unos pocos.
-Saquen su libro, hoy hablaremos de la segunda guerra mundial- dijo mientras buscaba algo en su portafolio.
Mis ojos se iluminaron cuando escuché eso, si era cierto que la historia ni me gustaba, pero la segunda guerra mundial era un tema que me excitaba mucho, era la excepción de todo.
Después tuvimos clase de matemáticas y química.
En receso Ariadna y yo nos mantuvimos juntas mientras hablábamos sobre nuestro fin de semana.
-Mi familia vino de visita- dijo traviesa.
En ese momento solo asentí mientras tenía la mirada perdida. Un momento después me di cuenta que me seguía viendo con una mirada traviesa.
-¿Qué?- pregunté confusa.
-Mi familia vino de visita- dijo una vez más.
Yo solo la miré confundida sin saber de qué hablaba, o si quería decir algo más. Ella rió.
-Mi... familia... vino... de... visita- dijo cada vez más lento.
Yo sólo miraba a todos lados confusa buscando una respuesta. Ella solo se carcajeo.
-Eres caso perdido.- dijo.
-¿Tu familia vino de visita?- pregunté fingiendo saber la respuesta.
-¡Sí! – exclamó feliz.
-¿Y eso qué?- dije restándole importancia.
-¡Carlos! exclamó.
-¿Carlos?- pregunté. Y me tomó solo un momento saber la respuesta.- JA, JA, JA- dije con sarcasmo.
Carlos es un primo de Ariadna que conocí gracias a ella por Facebook, él y yo nos llevamos muy bien, es alto, de piel bronceada, ojos cafés y cabello negro, en realidad es muy guapo, hablábamos y compartíamos muchos gustos, intercambiamos números y poco a poco una amistad a distancia nació, siempre hablábamos de conocernos y de que el vendría, aunque no pensé que fuera tan pronto; además no me había comentado nada la última vez que hablamos
-Yo sé que te gusta.-dijo divertida.
-Si tú lo dices...
-Llegaron ayer. Quiere conocerte.
-Pues deberíamos salir- dije sin más.
-No puedo creer que serás mi prima.- dijo
En ese momento sentí mi rostro arder.
-Espera... ¿En qué momento llegamos a eso?- dije protestando.
Ella rió una vez más.
La campana tocó y era hora de ir a clases.
-Por cierto, ¿qué hace tu primo aquí en periodo de clases?- pregunté mientras nos dirigíamos al aula.
-Mi abuela cada vez está peor, mis papás están todo el día en el trabajo, y yo tengo que cuidar de Samanta y Samuel. Así que mis tíos se mudarán aquí para cuidar de ella.
Ariadna hace unos meses me había comentado que su abuela había padecido cáncer y no quedaba mucho tiempo, y como lo había dicho, sus papás estaban todo el día en el trabajo y ella debía cuidar de los gemelos.
-Ya veo-fueron las únicas palabras que lograron salir.
-¿Entonces hoy?- Preguntó cambiando de tema.
-Hoy tengo clase de inglés por la tarde. Mañana está bien.-dije mientras entramos al salón.
*Mañana* No podía dejar de pensar eso.
¿Quién hubiera dicho que no habría un mañana?
ESTÁS LEYENDO
ATRAPADA ||PAUSADA||
Mystery / ThrillerLaura era una chica de quince años, con una vida cualquiera la cual se vio afectada un 14 de octubre, atrapada en este sueño ella vive cada día lo sucedido hace dos años.