Doce

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¿Qué se siente morir?

Sentí mi alma viajar por todo el espacio, vi cosas impresionantes, bellezas que nunca había visto, mundos y animales fantásticos, viajé por un mundo nuevo, un mundo extraño, acercándome cada vez más a la luz.

¿Llegaría al paraíso? ¿Estaría en ese lugar llamado el cielo? La respuesta era simple.
No.

Viajé durante toda esa luz para llegar al mismo lugar que en el que todo terminó.
Aquel bosque, aquel lago.
¿No se supone que el alma viaja al lugar deseado por todos los hombres?
No lo entendía, no en ese momento.

El auto ya no estaba, mi cuerpo tampoco, ni mucho menos aquel hombre que me torturó.

Ahí estaba yo, sola en un bosque.
Ese bosque.

Caminé un poco, no tengo ni idea de porque razón lo hacía, ya no había motivo, caminé hasta llegar a él.

Sí, ahí estaba él, y yo también. ¿Cómo era posible? No tengo idea.
Lo miré arrastrar mi cuerpo hasta un bote, lo subió y navegó hasta lo profundo, y ahí sin ningún testigo lo arrojó al lago.

Remó de vuelta hasta llegar a tierra, se dirigió a su camioneta y se fue. Así de simple.

Corrí detrás de él aunque es inútil, llegué a esa carretera solitaria, hacía frío y ni había nadie, caminé durante horas, no tenía idea de qué distancia recorrí, hasta que todo se tornó de un color negro.

ATRAPADA ||PAUSADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora