Sin ella, volví a sentir el frío del invierno. Una distancia, nos separó y antes de sufrir pensando cuándo la volvería a ver, decidí alejarla por completo. Que sea libre de mí y que yo sólo sea su "aventura de verano".
- ¿Por qué la dejaste ir así?- Me cuestionó Mel.
- Ella no tiene por qué estar enojada. ¿Quién se cree para andar diciendo hipócrita?
- Oye, conmigo no. ¿Por qué no intentaste siquiera ser su novio a distancia?
- Como si eso fuera a funcionar.
- En un años, podrías mudarte con ella a Argentina, México o incluso a Alaska.
- Ella es muy cálida para Alaska.
- Y luego dices que no la conoces. Yo creo que la conociste demasiado en poco tiempo y eso te asusta un poco porque no te gusta extrañar.
- No es que no me guste, simplemente no extraño. Además, ella fácilmente puede enamorar a alguien más que la conozca y trate mejor que yo.
- En ese caso, ella debería elegir, no tú. Y si estuviese con otro, sería problema de ella, no tuyo. En cambio, ahorita también es tuyo porque tú la dejaste ir destruida.
- Soy un tonto.
- Me alegra que lo reconozcas tan pronto.- me sonrió Mel enseñándome unos pasajes para la noche.- Tenemos maletas que hacer.
No sé cómo lo supo, pero Mel sin duda predijo que todo esto pasaría y se anticipó a los hechos comprando los boletos con anticipación.
- Eres increíble ¿sabes?- le admiré.
- Fue idea de Ivi.
- ¿Ivi?
- Iván.
- ¿Te volviste muy amiga de Iván de un día a otro?
- ¿Celosito?- me preguntó ella divertida.
- Te recuerdo que él es el mismo que...
-...ya lo sé, solo termina tu equipaje y vámonos. ¿Te late?
El vuelo empezó, y la locura que estábamos haciendo de viajar al hemisferio sur por una chica, también.
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Cuatro Estaciones
RomanceDicen que los polos opuestos se atraen. Mientras que en Argentina es verano, en México es invierno.