Otoño

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Disfruté de mis últimos días en México compartiendo momentos con Blake quien con tan solo una sonrisa, me hacia sentir especial. Pero Iván no ha dejado de recordarme que pronto, ya no veré a Blake todos los días. Es como estar cayendo de una gran altura sin paracaídas.  Por suerte, Mel Mel ha sabido callarlo con su deliciosa comida.

- Te voy a extrañar muchísimo.- le dije a Blake el día de la despedida.

- Y yo a ti.- declaró.- Te iré a visitar.

- ¿De verdad? ¡Qué bueno, amor!

- No me digas así.- dijo nuevamente frío.

- Pero...

- Solo pasamos una gran semana juntos, nada más, podemos llegar a ser amigos, pero no más que eso. Ya estarás con alguien más pronto, aunque francamente espero que no salgas con Iván ya que es obvio que tú ya no lo amas como antes.

- Pero Blake, vos...

- No digas que soy el amor de tu vida ya que apenas me conoces.

- Siento que te conozco de hace mucho más tiempo.

- Yo no.

- Bien, pero ¿sabes? No tenías que ser tan frío.

- Si me conocieras, sabrías que yo soy así.- sin otoño o primavera, de verano pasó directamente al invierno.

- Me iré a despedir de Mel Mel.- declaré yendo hacia la mexicana que conversaba con Iván. Noté que Blake me observaba pero no me dirigía la palabra. Él no es quien tiene derecho a estar enojado, yo sí. Él me crea una ilusión y yo caí como las hojas en otoño.

- ¿Qué onda? ¿Por qué esa cara?- me preguntó Mel Mel hasta que la abracé.- Prometo que iremos de visita pronto.

- Me encantaría volver a verte.- asentí mirando hacia abajo.

- ¿Y a Blake? No manches, ¿se pelearon?

- Él solo señaló fríamente un hecho real, no me conoce.- dije.

- ¿Cómo que no? Sé que fue poco tiempo, tampoco están para casarse. Pero perfectamente podrían ser novios.

- Por lo visto, él no quiere.- declaré.- Pero eso ahora no importa.  Gracias por todo.- dije abrazándola.

- No fue nada, las gracias se las debes a Blake.- indicó la pelirroja.

- Bueno, gracias.- dije seca, volteándome a él.- Sos una excelente cocinera y amiga, si no venís pronto, te vengo a buscar...

- Ah, como el señor.- rio Mel señalando a Iván.- Es lindo una vez que deja de decir estupideces.

- Sí...- asentí confirmando que ya no siento lo mismo que sentía antes del viaje.

- Yo te hago el tour por Buenos Aires.- decidió Iván.

- Solo lo dices porque quieres seguir con mi comida.- rio Mel.

- Cuídate¿sí?- rio Iván abrazando a la querida pelirroja.- Blake, sé que no empezamos bien, pero...

- Mel no necesita que la cuide, pero estaré con ella cuando me necesite.

- Genial.- dijo volteándose a sonreírle a Mel. - ¿Vamos?- me preguntó de golpe.

- Sí...-dije yéndome tras Iván, cuando fui una vez más hacia Blake.- Podrás negar que me conoces, y que te conozco, pero no puedes negar que entre nosotros hay algo que...

- Vas a perder tu vuelo.

- ¡No interrumpas! Entre nosotros hay algo innegable y si vos queres tirar todo a la borda sin siquiera intentarlo, entonces dos un hipócrita. Me acusas de huir de los problemas, pero haces exactamente lo mismo al espantarme así. Así que te aclaro, iba a regresar a Argentina igual, no necesito que me espantes.- dije yéndome furiosa hacia mi vuelo.

Una vez en Argentina, Juli nos esperaba con el auto para llevarnos a nuestras casas.

- ¿Y se divirtieron? ¿Ya son novios? ¿Se casan?- interrogó ella de golpe.

- Val conoció a alguien más.- indicó Iván.

- No quiero volver a hablar de él.- dije.

- Pero...- decía Juli.

- Que Iván te cuente, yo voy a casa. Gracias por traerme.- saludé bajándome de auto.

Me tiré en la cama y cerré los ojos esperando despertar de este sueño que se había transformado en pesadilla.

Cuatro EstacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora