Otoño

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- Y así terminamos el recorrido de hoy.- decía Valentina tras enseñarnos la ciudad en tiempo récord.

- Me encantó Buenos Aires.- sonrió Mel. - Sin dudas, será divertido mudarnos aquí. ¿Me pasas el número de Julieta?

- En realidad, estuve pensando que mi casa es grande y los tres podríamos vivir juntos perfectamente.- dijo Valen.

- O en la mía.- asintió Iván.

- Quiero comprar el apartamento igual.- decía Mel. - Creo que podría crear un estudio de cocina.- indicó.

- ¿Enfrente de mi casa?- consultó Iván.

- Sí, imagínate qué buen emprendimiento, y si llegáramos a pelearnos, tendríamos donde ir a pasar la noche.- pensaba Mel.- Lo que sí, conservaré la casa en México y la pondré en renta durante el año. Solo debo buscar mis cosas y arreglar el papeleo de migración.

- Igual aún no me mudo, tengo que terminar mis estudios.- lo que muchos no saben es que por mi buen promedio he logrado adelantar algunas clases y estoy cerca de recibirme de médico.

- Pero podríamos visitarnos en las vacaciones.- indicó Iván.

- Cierto.- asintió Mel.

- Mel Mel ¿podemos hablar?- consultó Valen yéndose con Mel hacia su cocina, mientras Iván y yo nos encontrábamos en la sala.

- Entonces ¿qué va a pasar con Valen cuando te vayas?- me preguntó.

- No lo sé.- admití sin rodeos.- Pero sé que yo de ella no me voy a olvidar.

- Y dudo que ella te olvide fácilmente, después de todo, nunca la vi enamorarse así antes.

- Pero...

- Creo que Mel tiene razón.

- Mel siempre tiene razón, Iván.

- ¿Enserio nunca pasó nada entre ustedes?- consultó incrédulo.

- Neta.- asentí. - ¿Por qué preguntas?

- Por nada, olvídalo.- indicó comenzando a temblar.

- Caíste en sus encantos ¿no?- pregunté enarcando una ceja.

- No-no ¿có-cómo cr-crees?- tartamudeó, me recuerda a Mel cuando se pone nerviosa.

- En fin, ¿en qué tenía razón Mel esta vez?- interrogué.

- Es que se ve que hacen buena pareja Valen y vos. Al principio, creí que eran completamente opuestos, pero juntos se complementan al otro. Mel me dijo que los opuestos se atraen, y ahora creo que en su caso es cierto.

- Ya veo. ¿Y en qué andas con Mel?

- ¿Co-con Mel?- consultó aturdido.

- ¿Me vas a negar que te gusta?

- Somos amigos, eso es todo.

- Aja... - asentí sin estar convencido. Esto es lo que diagnóstico como plena etapa de negación.- Solo intenta no confundirla ¿sí? Porque si la lastimas, te estás metiendo conmigo ¿entiendes?

- Lo mismo va para vos si se te ocurre volver a lastimar a Valu.- me indicó chocando puños conmigo.

- ¿De qué hablan?- consultó Mel regresando.

- Nada, necesito hablar con Valen.- dijo Iván yéndose nervioso.

- Pero... Valen fue al baño.- rio Mel pero el muchacho ya se había alejado.

- ¿De qué hablaron?- consulté a mi amiga.

- Valen me habló de su matrimonio contigo.- bromeó. - Bueno, no, la neta es que quería saber si te falta mucho para recibirte.

- ¿Nada más?

- ¿De qué más podríamos haber hablado?

- Cualquier cosa, como tu noche a solas con Iván.

- ¿Tú también? Pensé que Valen era la que tenía imaginación.

- La imaginación no tiene límites.- reí.

- Pues solo dormimos, no como ustedes que andan dándose besos de buenas noches. Sí, me lo dijo. ¿Quién diría que ella te volvería más dulce que un frasco de miel?

- Mel...

- Me alegra muchísimo que ella sacara tu lado dulce.- sonrió Mel abrazándome.

- Admítelo, te gusta.- oímos a Valentina decir.

- Shh, no.- susurró Iván.

- Ni las monjas te lo creen.- replicó ella.

- Valen ¿esta noche salimos?- consulté.

- Claro, ¿y ustedes qué planean hacer esta noche?- cuestionó la rubia mientras Mel e Iván tomaban un tono rojizo como las hojas de otoño.

- No lo sé, yo seguramente estaré aquí en la casa sola.- meditó la pelirroja.

- ¿Sola? Ay Iván ¿no crees que podrías acompañarla?

- No tengo planes, así que sí, podría ser.- dijo él nervioso.

-Podrían mirar una película.- sugerí.

- Es una gran idea.- asintió Valen.

- Oigan ¿no deberían planear su cita?- consultó Mel incrédula.

- Sí-sí, eso.- asintió Iván.

- Los detalles ya están resueltos.- declaró Valen.

En la noche, Mel estaba de pijama con la cena lista cuando Iván llegó con helado y palomitas.

- No se queden despiertos hasta muy tarde.- indiqué tomando la mano de Valen.

- Y ustedes ni se les ocurra volver temprano, disfruten de su velada.- replicó Mel.

Salimos a comer en un restaurante elegante y empezamos platicando de Iván y Mel.

- ¿Cómo sería el ship Melván o Ivel?- cuestionó ella provocando que estalle de la risa.

- Yo tengo otra pregunta ¿harías Blatina oficial siendo mi novia?- consulté tomando sus manos sobre la mesa.

Cuatro EstacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora