El vuelo aterrizó y, tras buscar las maletas, fuimos recibidos por Iván quién nos brindaría hospedaje por ahora.
- ¿Cómo estuvo su vuelo?- preguntó él cargando el equipaje de Mel.
- Muy bonito, ¿no crees?- contestó ella volteándose a mí.
- Sí, supongo.- asentí mientras Iván sacaba las llaves del auto y le abrió el asiento del copiloto a Mel.
- ¿Y hace cuanto están saliendo?- pregunté cuando el auto frenó de golpe.
- No estamos saliendo.- dijo él retomando el camino mientras Mel comenzaba a reír.
- ¿Recuerdas que Val nos preguntó lo mismo?- me consultó la pelirroja.
- Sí.- afirmé recordando cada momento con ella. Sin dudas, ella cambió todos los planes. Nunca me habría imaginado improvisando un viaje a Argentina.
- ¿Qué te trae a la Argentina?- me cuestionó Iván.- Valen me dijo que fuiste muy frío con ella.
- En todo caso, la pregunta sería quién me trae, salvo que quieras que te responda el avión ya que eso me trajo a este país.
- Deja de hacerte el técnico que el español ni siquiera es tu lengua materna.- me indicó Mel.
- Me equivoqué al ser frío con ella ¿de acuerdo? Quiero arreglar las cosas.
- La invité a cenar a casa pero no quiso venir. Según Juli, ella llegó y se encerró en su habitación. No hace falta conocer mucho a Valen para saber que ella es un sol.- comentó Iván.
- ¿Y cómo está Juli?- preguntó mi amiga.
- Bien, no hablé mucho con ella, si eso te preocupa.- respondió él sonrojándola.
- Perdona, no quise ser...- decía Mel tartamudeando.
- Todo bien.- rio él estacionando.
- Tu departamento esta padre.- decía Mel mirando todo asombrada.
- Gracias.- reía él.
Subimos por elevador hasta el tercer piso y nos encontramos en un pasillo con dos puertas. Iván abrió una y comenzó llevar las maletas adentro seguido por Mel, cuando noté que la otra puerta se abrió y la vi a ella con una amiga. Verla de nuevo fue como ver el sol de verano. Era un cálido recuerdo, la sensación de ver un espejismo, mis ojos ardían por el brillo que ella naturalmente emanaba.
- Hola, soy Julieta, ¿sos amigo de Iván?- me preguntó la muchacha castaña de puntas decoloradas.
- Blake.- me señaló la rubia más seca que un desierto.
- Valentina.- imité en un tono más frío.
- ¡Hola!- saludó Mel apareciendo detrás mío abrazándola.
- ¿Qué haces aquí?- le preguntó la rubia sonriéndole. - Déjenme presentarlas, Mel, Juli.- presentó señalándolas.
- Así que vos sos Mel. Ivi y Valu me comentaron que sos una gran cocinera.- decía Julieta.
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Cuatro Estaciones
RomanceDicen que los polos opuestos se atraen. Mientras que en Argentina es verano, en México es invierno.