En la noche, la casa de Val estaba perfumada con una fragancia floral, mientras Iván elaboraba unas empanadas en cocina. Valen lucía un vestido negro con flores rojas. Mel llevaba puesta una blusa rosa con una falda con rosas rosadas y su cabello estaba recogido con un listón que le hacía juego. Estaban hermosas.
- La primavera llegó a tu casa.- le indiqué a mi novia.
- ¿Eso crees?- rio ella mientras Mel iba a la cocina observar al chef de la velada.
- Estás muy bonita.- le dije a Val al oído sonrojandola.
- Gracias, amor.- me sonrió mientras nos asomábamos a espiar a la pareja que tratábamos de juntar.
-¿Puedo ayudarte en algo?- consultó Mel al cocinero.
- No, no, las empanadas ya casi están.- decía él sacando los platos del estante sin voltearse a ella.
- Oh, bueno...- suspiró ella a punto de marcharse cuando él la detuvo con dos palabras.
- Igual, gracias.- le sonrió girándose a ella. - Estás... estás muy linda.- admitió él asombrado.
- Gra-gracias.- contestó ella nerviosa cuando sonó el timbre del horno e Iván fue a retirar las empanadas.
- ¿Queres ir llevando los platos?
- Se-seguro.- asintió ella.
- Espera, ¿cómo te sentís?
- ¿Eh?
- Del estómago, ¿estás mejor?
- Bu-bueno, pu-pues sí, neta que no era para tanto.- dijo ella mirando hacia abajo.
- Me alegro.- replicó él mientras Mel sonreía tomando los platos.
- Parece que van bien solos.- indicó Val mientras yo asentía.- Aunque demasiado lento para mi gusto.
- Dicen que los mejores platos se preparan a fuego lento, no tengo idea porque no cocino mucho.- reí.
- ¿Qué hacen, enamorados?- nos preguntó Mel al vernos riendo.
- Ibamos a buscar los vasos.- dije con Val asintiendo.
- ¿Y qué era tan divertido?- cuestionó ella curiosa.
- Nada...- reímos Val y yo.
- Algo traman.- meditó Mel en voz alta yendo hacia la mesa.
Una vez que los cuatro estabamos en la mesa comiendo, le vibró el celular a Iván al llegarle un mensaje de Julieta.
- " Ya está todo listo ¿Cuando le enseñarás la sorpresa?"- leyó Mel en voz alta. - ¿Qué sorpresa? ¿A quién le haces una sorpresa?
-No deberías leer los mensajes ajenos.- replicó Iván.
- Tú no deberías tener el celular en la mesa, menos ahora que estamos festejando a nuestros amigos.
-No hay ninguna regla que prohiba que use el celular.
- Los buenos modales sí.
- ¿No eramos nosotros la pareja?- pregunté refiriendome a que discutían como pareja.
- Sí, supongo que discuten como manera de ocultar que se tienen ganas.- meditó Val.
- ¿Ganas?- repetimos Mel y yo confundidos.
- Se refiere a que nos gustamos.- aclaró Iván sonrojandose.
- Mejor los dejamos hablar a solas.- dije con Val asintiendo levantandonos de nuestros asientos para espiarlos desde otra parte.
- ¿Y es neta? Es decir ¿yo te...?- preguntaba Mel nerviosa.
- Hay algo que tienes que ver.
- ¿Qué?
- La sorpresa que te preparé.
- ¿Por qué lo hiciste?
- Porque lo mereces...- sonrió él. - Mereces eso y mucho más...
- No sé que es eso pero desde ya muchísimas gracias, no es necesario que me des nada...
- Claro que sí, nos diste techo a Val y a mí sin conocernos, nos cocinaste como si fuésemos dioses, fuiste re buena onda desde el principio y además...
- Iván, basta, no es para tanto...
- ¿Cómo que no es para tanto? encima humilde... eso me encanta de vos.- declaró besándola.
- ¡Ivel es real!- exclamó Val separandolos con su emoción saltando a darles un abrazo.
- Ay, Val, me parece que los estás sofocando.- reí.
- Ups, ve, ve a ver tu sorpresa, te encantará.- aseguró Val soltándolos.
- Bu-bueno... pero ¿ustedes vienen?- cuestionó Mel.
- Tenemos otros planes.- declaré abrazando a mi novia.
- Diviértanse.- dijeron Mel y Val al unísono, mientras Iván se iba con nuestra amiga.
-Parece que se nos acabó la novela.- bromeé.
- Aunque creo que esto en realidad recién empieza, me alegra que sea un final feliz.- me sonrió besándome.
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Cuatro Estaciones
RomanceDicen que los polos opuestos se atraen. Mientras que en Argentina es verano, en México es invierno.