Capítulo 15

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Tendría bastante sueño, porque llevaba durmiendo como casi dos horas, me había quedado en el sillón observándola, y le había preparado algo de comer para cuando se levantara, no estaba haciendo nada, solo me podía quedar allí observándola.

Ahora no podía pensar en nada, se le veía muy graciosa, estaba durmiendo abrazada a un cojín, el que era mi cojín.

Nos imaginé a los dos, en la cama, cuando fuéramos a dormir, ella pasaba sus brazos por encima de mi cuerpo, mientras yo pasaba el mío por debajo de su cabeza y hacía círculos en sus hombros, mientas miraba sus respiraciones y sus ojos cerrados.

-Te quiero –le decía mientras le besaba la frente.

-Y yo a ti, Harry –me respondía mientras estiraba su cuello y besaba mis labios- no sabes lo que estaba esperando para esto, ¿Por qué no antes?

-No fui capaz.

-No te culpo –volvió a repetir la misma escena de antes.

El sonido de la puerta me saco de mis pensamientos, pestañeé una cuantas veces y me levanté rápido para que no despertara a Emma.

Cuando abría la puerta aquel chico al que llamaba mejor amigo entró en la casa, como si fuera la suya, se ve que se tomaba al pie de la letra lo de que mis cosas son las suyas.

-Emily. Metro setenta y cinco. Cuerpo diez. Muy buena delantera. Va todos los días al gimnasio para tener… -se mordió el labio inferior, y empezó a mover los dedos, se le notaba que necesitaba echar un polvo, se le veía tenso, y no hacía falta que dijera a que se trataba ya lo sabía- y yo, que soy muy buen amigo, te la dejo.

Se fue directo al comedor, donde estaba Emma, yo cerré la puerta y lo seguí. Podría imaginarme cual iba a ser su expresión.

Me quede apoyado en el marco de la puerta, con las manos metidas en los bolsillos.

-¿Y esto? –dijo señalando a Emma que seguía durmiendo en el sofá.

-Eso es Emma, y bueno, si te escuchara a lo mejor se ofendía –dije levantando los hombros.

-¿Qué hace aquí? –dijo bastante serio y con la misma postura.

-Ha venido a pasar el rato, y bueno, se la dormido.

-Harry…

-Dime –dije lo más natural que me salió.

-Esto no te ayuda, te veo un poco perdido –dijo acercándose a mí y colocando su mano en mi hombro- me preocupo por ti, amigo.

-Louis, la he probado.

-¿Te la has tirado? –abrió los ojos como platos, y yo imité su expresión.

-¡NO! No –dije bajando el tono- no.

-Bueno, “la he probado” –le dije haciendo comillas con los dedos.

-Explícate –dijo cruzándose de brazos.

Entonces fue cuando me di cuenta de que estábamos hablando delante de ella, si levantaba un poco el volumen podría despertarse, o directamente podría estar despierta, había dormido como dos horas, y en cualquier momento se despertaría, y puede que ya se hubiera despertado, ha habido unas cuantas ocasiones: la puerta, Louis no habla flojo, algún pequeño grito que se me ha escapado y algo más. Y también sabía que Louis era mi mejor amigo, pero si se lo contaba iba a llevarme totalmente la contraria, y no tenía ganas.

-Nada, olvídalo.

Me di la vuelta y me fui a la cocina, por un momento iba a estar lejos de Emma, para que no pudiera escuchar nada de lo que pudiéramos hablar. No quería, pero como esperaba Louis me siguió, me senté en uno de los altos taburetes y Louis se sentó a mi lado, los dos estábamos mirando al frente.

¿Sería diferente? «h.s»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora