Capítulo 10

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Por fin llegue a mi casa, cerré de golpe, y sin querer di un portazo, tire la mochila al suelo nada más entrar.

-Ya estoy en casa -grite, sabía que no había nadie, pero solo lo hacía para que aquel sitio no estuviera tan... vacío. Fui directa a la cocina, a ver que podría prepararme para comer, hay gente la cual su madre le hace la comida o se la deja preparada por la noche, y mi padre no era muy bueno para todas esas cosas, así que prefería hacérmelo yo. Entré en la cocina y me encontré con mi padre, ¿Qué hacía aquí?

-¿Qué haces aquí? -pregunté, me extrañaba que mi padre estuviera aquí, estaba acostumbrada a comer sola.

-Primero hola, ¿no?

-Hola papa -me acerqué a él y le di un beso en la mejilla. Después fui a abrir el frigo y saque la jarra de agua, cogí un vaso y me serví- ¿Qué haces aquí? -le volví a preguntar.

-He salido antes, se me habían olvidado unos documentos en casa, y ya me quedaba a comer, podemos comer juntos, ¿qué te parece?

No me parecía mal, por un día no iba a comer sola, tendría compañía.

-¿Qué quieres comer?

Me bebí el vaso de agua y luego lo deje en el fregadero, y la jarra donde la había cogido.

-No lo sé, ¿Qué hay?

-Pues nada, la verdad, ¿quieres acercarte a comprar algo al supermercado?

Me queje, acabada de llegar de dar clases, ahora lo último que me apetecía era ir al supermercado, no estaba lejos, pero no me apetecía ir a ningún lado, ahora mismo solo quería ver la televisión, mientras estaba sentada en el sofá y con mi móvil en las manos, y probablemente con un libro cerca por si me aburría y terminaba ya el libro que estaba leyendo.

-¿Es qué no hay nada?

-nada, de nada, tengo que ir a comprar, a ver si esta tarde me acerco.

-¿y no puedes ir ahora?

-No -mi padre saco del bolsillo trasero de sus pantalones su cartera y me entrego un billete- toma.

-Joder, papa, ¿por qué me odias de esta manera?

-venga, vale, voy yo, pero quédate limpiando los baños.

-Venga, vale, adiós papa, ¿Compro pizzas?

-Elige tú de que serán.

-Por cierto, me debes la cuarta parte del libro que me estoy leyendo.

-Apúntamelo.

Me dijo mi padre mientras salía de mi casa, el supermercado estaba muy cerca, solo a dos calles más abajo, llegué y las puertas corredizas se abrieron a mi entrada, el aire fresco del supermercado salió enfriándome los brazos, entré y fui directa al pasillo donde están, o donde se encontraban las pizzas, los dependientes lo habían vuelto a cambiar todo de sitio por lo que ahora me tocaba hacer un tour por donde estarían las cosas que buscaba, no pasaba mucho por aquí por lo que tampoco sabía donde estaban las cosas. Me puse a buscar por todos los pasillos, pase por el pasillo de las patatas y cogí dos bolsas, una para ir comiéndomela por el camino; no puede ser que mi padre me hubiera mandado a comprar justo cuando salía del instituto, que es cuando más hambre tengo, y que encima pretenda que no pueda comer, y otra para guardarla en casa, seguí buscando por todos los pasillo, aquel lugar no era tan grande, ¿Cómo le podría costar tanto buscar algo?, hasta que por fin lo encontré, estaba concentrada en la comida, solo quería irme, dentro de allí solo había visto, y pensaba que estaban las personas que trabajaban allí, cogí dos pizzas de distinto sabor y busqué mi favorita, de jamón y queso, y probablemente la única que mi padre y yo nos comiéramos, la encontré y con suerte solo quedaba una, bien, solo sería cogerla e irme, rápido y sencillo, fui a cogerla, pero una mano se me adelantó y la cogió antes que yo, me sorprendí, ¿qué coño? Quería irme ya, ¿por qué no me dejaban? Levanté la vista, para ver quién era, por lo menos ver quien sería la persona que disfrutaría de aquel manjar.

¿Sería diferente? «h.s»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora