Crónicas Vampiras; Resurrección| Libro #2

Capitulo 8

ESTE CAPITULO CONTIENE ESCENAS É IMÁGENES NO APTAS PARA LECTORES MENORES DE 12 AÑOS.

Damon estaba estupefacto.

—Ven conmigo. Seguro Claire y Bonnie conocen una forma de revertir lo que esa perra te hizo —intentó jalar de su brazo pero ella se resistió.

—Lo haré —aseguró ella —. Cuando cumpla lo que Celeste me pidió. Ahora, Damon, dejáme irme, si es que no quieres que te mate a ti también.

—Soy más fuerte que tú, te costará matarme.

—Claro que no —negó ella —. La diferencia es que tú en realidad no quieres matarme, porque sé que no puedes. —Y eso era verdad. Sabía que Madison no estaba siendo ella misma en esos momentos, pero sabía que si la mataba, no se lo perdonaría nunca. Incluso si Claire o Bonnie la traían devuelta —. ¿Me dejarás irme o tendré que empujarte?.

—Vete —dejó que se fuera. Averiguaría una forma de traerla devuelta. Aunque ya tenía muchos problemas como matar a Celeste, intentar que Katherine le dijera donde está la espada y ahora, deshacer el hechizo que Celeste había implantado en Madison.

(...)

Damon había vuelto con los demás y les había contado lo sucedido con Madison.

—¡¿Y solo dejaste que se fuera?! —reclamó Claire molesta tras terminar de escuchar la historia del vampiro.

—¿Qué querías que hiciera? ¿que la matara? —se defendió.

—No, pero tampoco que la dejaras ir. Si ahora es como la sirvienta personal de Celeste hará todo lo que ella le pida, incluso si eso incluye matarnos.

—La pregunta es, ¿sabes revertir el hechizo sí o no?.

—No puedo hacerlo a menos que sepa cual fue que usó, ya que hay muchos que te vuelven la perra de la persona que lo lanzó. Por ahora, no podemos hacer nada.

—¿Y se supone que me quede aquí sentado mientras Celeste controla a Madison?, iré a buscar a esa zorra —iba a caminar hacia la puerta pero Claire lo detuvo.

—¿Que acaso quieres matarte?, Celeste es como una versión de Kisha más poderosa. Si vas sin un plan, morirás. Vamos a recuperar a Madison, pero tenemos que planear algo primero.

—Bien —aceptó Damon a regañadientes.

(...)

—¿Hiciste lo que te pedí, Madison?. —Era Celeste a través de la línea.

—No —negó ella —. La culpa es de Damon Salvatore.

—¿Lo mataste?.

—No, lo dejé ir.

—¿Eres estúpida o qué?. Le dirá a alguien e irán detrás de mí. ¿Sabes a dónde fue?.

—Creo que sí, ¿qué quieres que haga con él?.

—Engañarlo y luego matarlo. Al igual a todos los que sepan que estamos haciendo —ordenó.

—Tengo un plan. Ten por asegurado que ellos ya estarán muertos para mañana —aseguró la doppelgänger.

(...)

Mientras ambas brujas intentaban rastrear a Celeste, los vampiros hacían lo mismo pero a la antigua, a tráves de todos los lugares abandonados que raramente habían sido habitados.

El teléfono de Damon empezó a sonar y él se alejó de los demás llendo a la cocina para poder contestar la llamada. Era Madison.

—¿Viniste a hacer cita para matarme? —preguntó sarcástico. Pensaba que Madison seguía siendo la misma de hace unas horas.