Capitulo 13

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Londres, Inglaterra

16 de marzo de 1715

Habían pasado tres días después de lo sucedido con Celeste. En ese pequeño período de tiempo, la comunidad de brujas de Londres había decidido dejar a Marie Machault responsable del grimorio de la bruja mencionada anteriormente, que contenía el hechizo para matar a todos los vampiros.

Todas las brujas habían perdido el respeto por Celeste, su excusa era una tontería. Incluso no la habrían tratado tan mal si hubiera hecho un hechizo para traer a Sebastián de vuelta. Ya que sabían que si traía a alguien de los muertos, alteraría el equilibrio de la naturaleza.

Aunque Celeste lo hubiera logrado, aún así hubieran quedado los licántropos, las brujas e incluso los viajeros. De seguro todo seguría igual después de unos meses o un año.

Se decía que el apocalipsis de las brujas hubiera llegado después de la desaparición permanente de todos los vampiros.

Celeste había sido enterrada en un casi deforestado bosque. Las brujas solo la habían enterrado y luego se habían ido devuelta a sus asuntos. Creían que ella no merecía ní siquiera unas palabras.

Pero Marie, había decidido quedarse y decir aunque sea algunas palabras al difunto cuerpo de la bruja.

—¿Sabes, Celeste? —comenzó la bruja—, si no hubieras hecho ese hechizo no habría sido necesario matarte, y tal vez hubiera sabido porque tu desprecio hacia mí antes que todo.

Tú fuíste la única que no creía que yo era perfecta. Admito... Admito haber cometido errores, y haber dejado morir personas inocentes. Pero a veces cometemos errores, incluso nosotras, que brujas o no, hubieras hecho cosas que creíamos correctas pero eran lo contrario.

Sé que fue la pena y la venganza que te volvieron de esta forma, y creéme, que lo decía en serio cuando te dije que lamentaba la muerte de Sebastián —dió un suspiró y empezó a alejarse un poco de allí. Pero volteó y dijo—: A veces hacemos cosas malas por lo que creemos un buen propósito, Celeste. Espero que entiendas eso aún en la muerte.

Actualidad, Nueva Orleans

Diez horas más tarde

Celeste se encontraba en Nueva Orleans para conseguir uno de los ingredientes de su hechizo, el cual era sangre del primer vampiro de la historia, necesitaba sangre de uno de los Originales.

Recordaba que años antes de ser pareja de Sebastián, estaba con Elijah. Pero sabía que de seguro no le agradaría mucho ya que prácticamente lo había dejado por el humano.

Hace unos siglos, había usado a un británico callejero para poder conseguir su sangre. Le había tomado una semana pero lo había conseguido.

Por un momento sintió que la observaban así que se dió la vuelta y lo único que había eran las personas caminando por toda la acera. Dió un suspiro y continuó su camino hasta que un brazo la jaló hasta un bar abandonado. Las cortinas estaban  cerradas y lo único que daba iluminación era un bombillo algo viejo.

—Creí que estabas muerta.

—Pues me revívieron, Elijah —habló obviamente la bruja—. ¿Qué quieres que te diga?.

—¿Por qué volviste? Ya pasaron tres siglos.

—Razones. Aunque de hecho fue una bruja mediocre que me trajó a la vida —reveló ella—. Y una de las primeras cosas que pensé  fue buscarte, supuse que aún seguías vivo —mintió con una sonrisa.

—¿Acaso te hartaste de Sebastián y decidiste volver conmigo? —preguntó amargamente el vampiro.

—Él murió hace tres siglos. Ya lo superé —volvió a mentir. Aunque esa mentira era más para ella misma que para el Original—. Además yo sé que en el fondo, me extrañaste. —Empezó a acercarse seductoramente a él y sin miramientos le dió un beso en los labios. Y en dos segundos, el Original rompió el beso, pero luego volvió a mirarla y se lanzó a besarla nuevamente. Tal vez no la había superado después de todo.

Las lenguas de ambos estaban en una pequeña batalla por hacerse control en la boca del otro. Elijah se separó de  su boca y comenzó a besar su cuello mientras la cargaba haciendo que enrollara sus piernas en su cadera, llevándola a la barra; un sonoro gemido salió de los labios de la bruja quien empezaba a desabotonar los botones de la camisa del vampiro.

Este le correspondió deshaciéndose de su blusa, no rompiéndola ya que era la única blusa que llevaba consigo.

Celeste alejó sus de su cuello mientras con sus manos devolvía su boca a sus labios. Lo resto era historia.

Mystic Falls

Aquelarre de las Aries

Claire, Madison y Damon se encontraban a unos metros de donde se suponía que estaba el grimorio donde se encontraba el hechizo que hizo Celeste en 1715.

Puesto que el lugar literalmente no permitía que los vampiros entraran, el plan era que ambos vampiros hicieran cualquier cosa que pudiera llamar las brujas mientras ella iba a buscar el grimorio en la biblioteca  de aquel lugar donde se encontraban los grimorios más antiguos.

—Ahora —les susurró la rubia dándoles la señal, en respuesta, la doppelgänger mordió el cuello de la ojiazul y esta fingió gritar como si estuviera apunto de morir.

Eso alertó a algunas brujas que se encontraban afuera quienes iban al lugar proveniente de ese grito.

Estas encontraron a Claire con el cuello mordido y a Madison en modo vampírico con algo de sangre en sus colmillos.

—Suéltenla —ordenó una de las brujas. Era castaña, de ojos oscuros y con la piel algo bronceada.

—Pero si recién estaba empezando —avisó Madison—. Aunque bueno, no es que su sangre sepa tan bien. Además, me pregunto quienes de ustedes sabe mejor.

—Vampiros —bufó ella—. Abominaciones que solo matan para saciar su sangre, me repugnan.

—¿Tengo que recordarles que realmente fue una bruja quién creó a los vampiros? —habló por primera vez Damon—. Aunque bueno, no nos importaría matar a más humanos que de seguro no valen nada. En respuesta, ella les empezó a causar una neurisma, lo cual era explotar las venas de su cerebro, pero al ser vampiros, estas se curaban, así que solo tenía que hacerlo una y otra vez.

Eso hizo que Claire pudiera alejarse de ellos, obviamente con una mano en su herida.

—Ve adentro, Claire. Nosotras matamos a estos hijos de perra. —Ella asintió. Cuando estuvo detrás de ellas, pronunció unas palabras en latín dándoles inmunidad a la magia por cinco minutos a Madison y Damon. Nuevamente, corrió adentro hacia la biblioteca.

Mientras, afuera, el dolor había parado en ambos vampiros.

—¿Se quedaron sin magia, brujitas? —se burló el vampiro de ojos grisáceos—. Veamos si también son rápidas. —Junto con Madison, empezaron a correr no tan rápido de las brujas mientras ellas los seguían.

Ya en la biblioteca, corrió hacia la puerta con candado en donde se guardaban los grimorios y libros más antiguos. Con su magia, rompió el candado, y empezó a buscar el libro. Rompió el cristal en el que estaba y cuidosamente lo tomó para evitar cortarse, no quería otra herida.

Cuando ya lo tenía, corrió devuelta a afuera y se metió dentro del bosque buscando su auto. Envió un mensaje avisándoles que ya lo tenía y en unos minutos ya estaban devuelta, así que algo torpe arrancó el auto lo más rápido que podía hasta alejarse lo suficiente de las brujas.

Minutos más tarde, era Damon que conducía, y la bruja tenía sangre de Madison en su sistema para que así la herida que le había provocado se curara.

Cuando se sintiera un poco más fuerte, les diría la verdad. Realmente no había tomado el que era el grimorio de Celeste.

***
PRIMER CAPITULO DEL 2017!

Como dije, intentaré no tardar tanto en publicar capitulo. Hasta ahora, uno de mis capitulos favoritos de esta historia.

Intentaré publicar el sabádo, como debería ser. Además Felicidades a Nina Dobrev :).

Sxhnner

Ps; The Vampire Diaries regresa el 13 de enero con el 8x08.




Crónicas Vampiras; Resurrección| Libro #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora