Capitulo 9

186 13 1
                                    

(...)

—Tengo buenas noticias, Claire —avisó Damon, quien hablaba por teléfono con Claire.

¿Celeste está muerta?.

No, pero ya tengo a Madison.

Espera, espera, ¿qué?. ¿Cómo la atrapaste?, hace como una hora estabas desesperado de encontrar una forma para quitarle ese hechizo que le implantó Celeste, y ahora, simplemente la tienes.

—Es mejor que no te diga, creéme, te estoy haciendo un favor.

Uh, de acuerdo —dijo la rubia sin entender a que se refería, pero todas formas, lo importante era saber que la tenía, no como lo hizo—. Solo tráela.

—Estaré allá en media hora —luego colgó.

Media hora más tarde

—Al fin —dijo Claire al ver que Damon había llegado, con Madison cargada en su hombro—. ¿Realmente tenías que traerla así?.

—Ay por favor, ¿en serio te preocupa eso? —preguntó sarcástico—, ahora vayamos a encadenarla antes de que despierte y quiera matarnos a todos.

El vampiro bajó hacia al sotáno, donde también estaba Katherine; toda pálida porque no la habían dado sangre; y luego encerró a Madison, encadenada obviamente. Diez minutos después, la vampira había despertado. Su plan no había salido muy bien.

Esta intentó deshacerse de las cadenas, cubiertas de verbena, pero fue en vano.

—Mierda —maldijo por lo bajo. Celeste le había dicho que matara a Damon y a todo el que supiera que estaba planeando. Y había fallado. Y tal vez ella la asesinaría, si es que no moría antes. Intentó librarse pero nuevamente falló.

—Si sigues intentando perderás fuerza —era Katherine, que se escuchaba débil.

—¿Y se supone que debo hacerte caso? —su odio por ella seguía igual—, tú ní siquiera has logrado salir.

—Pero por lo menos pude huír por quinientos años de un Original. Esto no me importa.

—Claro, engañando y dejando morir a otras personas por tu seguridad.

—Cuando pasas quinientos años sola, te llegas a preocupar de tres cosas, tú, tú y tú, nada más. Solo importas tú, nadie más.

—¿Por qué crees que te llaman perra egoísta? —recordó con sarcasmo.

—¿Por qué crees que te llamo perra a ti? —se defendió ella—. Escucha, Madison, yo te odio y tú me odias. Pero a menos que quieras quedarte aquí por meses, necesito que me escuches.

—Bueno, no es que tenga algo más que hacer.

Mientras, arriba

—¿Saben como quitarle el hechizo? —preguntó Damon a ambas brujas.

—No se si olvidaste esa parte donde dije que hay miles de hechizos que te transforman en bestia —recordó Claire—. Si queremos revertirlo, hay que saber cual usó.

—¿Y cómo mierda vamos a averíguar eso? ¿preguntándole a Celeste? —inquirió sarcástico Damon.

—Madison puede saberlo —habló por primera vez Bonnie—. Si nos metemos en su mente tal vez podemos saber cual es.

—Ninguna de las dos se meterá en la mente de mi novia —negó él—. Debe haber otra forma.

—No hay más opciones, Damon. Debemos intentarlo. —Él se quedó pensando unos segundos.

Crónicas Vampiras; Resurrección| Libro #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora