19.- Bella en mi cabeza para siempre.

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Uno jamás entenderá esta vida.
Un día celebras el cumpleaños de la persona que amas, y al día siguiente es el día que esa persona que amas muere.





Cuando pude al fin haber recobrado la voz nuevamente, solicite a mis padres que me retiraran del hospital.





Los doctores no aconsejaban esa decisión que había tomado. Pero yo insistí a mis padres y a los doctores de que me dieran el alta.


No quería pasar más tiempo ahí. El olor de hospital me había asqueado... Aunque era el olor que me recordaba a Carla cuando me abrazaba con su bata blanca.








Después de mucho discutir, mi padre logró sacarme de ese lugar.








Lo que mis padres no entendían era, que yo estaba haciendo todo lo posible de ir a despedirme por última vez de mi amada. Y si estaba más tiempo en el hospital no iba a poder hacerlo.


Le dieron mis pertenencias a mi madre.
Entre ellas estaba el collar de estetoscopio que enseguida me colgué en el cuello.

Entre ellas estaba el collar de estetoscopio que enseguida me colgué en el cuello

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Subimos al auto lujoso de mi padre.


Iba yo distraído mirando por la ventanilla sin decir ni una sola palabra. Nada que asimilar, con la mirada perdida.


Entrando al fraccionamiento privado de donde vivíamos, la cara de algunos vecinos que veía y las casas desiguales los desconocía.


Mi padre se estacionó y yo no estaba seguro de bajar del auto. No quería ni voltear a dos casas de la mía. Pero por otra parte si quería voltear y ver estacionado el Jetta blanco.

Me baje del auto, el día estaba nublado, como si el sol se hubiera convertido en piedra, mis ojos daban en dirección a la banqueta.

Mamá abrió la puerta de la casa y yo me quede sin moverme frente a mi casa.

ー¿No quieres entrar? - preguntó mi padre, mientras me tomaba del hombro para guiarme hacia enfrente.

Yo ya no estaba seguro de entrar, aunque ya había llegado al lugar que pensaba que era mi morada... Lo desconocía .
Me sentía como un extraño, un huésped en casa propia.
Creo que no iba a desempacar. Ya no sentía que fuera mi hogar.





El verano llego casi al mismo tiempo que yo.
Ahora solo pienso en el infierno con este calor.


Subí a mi habitación.

Me senté en mi cama, con el celular en mano, quería marcar al celular de Carlay.
Solo tenía el contacto en la pantalla, y no me anime a apretar el botón de llamar.
Mi madre se sentó junto a mi, y vio que miraba el contacto de Carlay.

ーNunca llamará. - dijo mi madre con una suave y dulce voz.
Me quito el teléfono de mi mano y lo apago.

ーQuiero escuchar su voz. - dije con ojos llorosos.

Pensándolo Bien, Pensé Mal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora