¿Cuánto tiempo le había estado persiguiendo? ¿1 Minuto? ¿1 Hora? ¿1 Día? Mi mente había estado completamente opacada desde que conseguí la primera pista. La mayoría de los miembros del Ministerio de Magia me tacharon de loco. "La venganza no justifica tus acciones Auror Brown." No. Esto iba más allá de una simple revancha. Mi hermana falleció cumpliendo la misma línea de oficio que yo había comenzado a adorar. Si nos unimos a un grupo que enfrenta tantos peligros, fue porque creíamos firmemente que cualquier sacrificio era válido. Investigar crímenes relacionados con las artes oscuras era nuestro pan de cada día. Pero lo que le hicieron a ella... Ella...
Mis manos apretaban con fuerza mi varita, mientras corría por el callejón. Una figura encapuchada, oculta detrás de una chaqueta deportiva famosa en este nuevo milenio me impedía distinguir con claridad de quien se trataba. A pesar de que sus ropas eran las de un muggle, sabía que se trataba de un mago. Además de que su contextura le marcaba como un hombre, quizás de unos veinte o más años. ¿Qué cruzaba por su mente? Las artes oscuras eran peligrosas tanto para quien las practicaba, como para quien tenía que enfrentarlas. Sus crímenes no tenían ningún tipo de sentido, fuera de ser impulsados por un repugnante odio hacia la vida.
La primera víctima, murió incinerada. Fuego provocado con un hechizo conocido como "Incendio". Una de las pistas que obtuvimos en la primera escena, fue lo disperso de las llamas y el pobre control que mantuvo sobre su varita, le delataba como un novato. ¿Acaso asesinar a otra maga justificaba sus deseos por dominar un hechizo? No cabía en mi cabeza un pensamiento tan narcisista y desequilibrado. Entramos a un pasillo largo, además de angosto. Las luces del lugar dotaban de sombras que dificultaban ver más allá de un par de pasos. Pero ahí escuche un hechizo capaz de enviar un frío escalofrío por mi espalda.
El brillo tenue de lo que parecía ser una varita se divisaba al final de este lugar, este fue acompañado en voz alta con la palabra "Bombarda". Cuando finalizo el movimiento, provoco un estallido casi ensordecedor, abriendo un agujero en medio de la pared. En parte por la frustración y en parte por la ira, alce la voz para gritarle de manera intrépida. - ¿¡Estás loco!? ¿¡Qué hay de los muggles!? - El "splash" de uno de los charcos que pise fue la única respuesta mientras ingresaba en el edificio. La alarma del lugar estaba retumbando con fuerza, un constante chirrido que se metía en mis oídos provocando que cada uno de mis sentidos se agudice en una forma casi animal.
No podía permitir que la ira me sobrepusiera. Estaba seguro de que si hizo esto fue por una razón en particular. ¿Planeaba tenderme una trampa? Velozmente recordaba cada uno de los informes que leí hasta desgastar el papel en aquel pequeño cuarto del Ministerio de Magia. Inhale con fuerza, mientras que trataba de oxigenar mi cabeza. La carrera había resultado cuanto menos agotadora, debido a que el trabajo de oficina de los últimos 8 meses me mantuvo en una forma física cuestionable. Debía pensar... Calmadamente... Metodicamente... Si... La tercera víctima. Ahora le recuerdo. Está a diferencia de las otras dos no fue asesinada. Sino desafiada.
Al revisar los hechizos de su varita con un encantamiento, notamos que realizo continuos hechizos de desarme y defensa. En un duelo contra alguien que respetará las reglas propias de un caballero, quizás el maestre Sven Romanov habría logrado vencer como en reiteradas ocasiones hizo en sus días más jóvenes. ¿Deseaba enfrentarme en un combate individual? Si así era, no tendría tanta suerte. Conocía cada método con el que asesino con anterioridad. Era un practicante de las temidas artes oscuras, especialmente de las maldiciones. "Solo es otro mago descarrilado..." Patrañas. Había asesinado un total de nueve veces...
Nueve veces. Son nueve vidas que arrebato. Por eso, solo se me planteaba una duda. Si era capaz de usar maldiciones, además de que estaba "practicando" ¿Por qué no uso la maldición imperdonable Avada Kedavra? Esto era un descubrimiento interesante de mi parte. Significaba que era incapaz de usarla, así que podía enfrentarle de manera igualada sin temor a que me asesinara con dicho hechizo. Moví levemente mi varita para provocar que el ruido de la alarma se detuviera. Con la vista recorrí cada lugar posible, examinando los lugares que podían usarse como escondite o salidas. No se me escaparía. Lo de Liverpool no se repetiría.
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The Legion Games [Harry Potter Fan Fic]
FantasyUna historia centrada en dos personajes incompatibles unidos por una meta en común. Sacudir las bases del mundo en el que viven. Poco a poco, a medida que avanza cada capitulo, se van descubriendo fragmentos de cada uno, desconocidos incluso para el...