The Legion Games [Harry Potter Fan Fic]

Conoce a tus Vecinos Parte I

México, Ciudad de México, 12 de Noviembre del 2.002

El día estaba helado, comenzaban a caer gotas frías del cielo mientras me aferraba a mi chaqueta. Exhale con fuerza, provocando que vapor saliera de mis fosas nasales, odiaba tener que pasar por este clima tan loco, pero en definitiva, odiaba más tener que soportar el mal temperamento de Legión cuando fracasaba, las calles de México sí que eran pintorescas, muy diferentes a las calles de Liverpool a las que crecí acostumbrado. Igual, el dinero era lo que hablaba y no me tomo nada de tiempo lograr obtener lo que mi maestro necesitaba. La noche caía, mientras no podía hacer otra cosa más que esperar a que lleguen. Moví mis manos tratando de mantenerme despierto, preguntándome porque tuve que tomar un avión en vez de simplemente aparecer aquí.

Tras una hora que pensé fue una eternidad, dos pares de luces aparecieron a lo lejos, comenzando a acercarse a mi encuentro. Parecían deslizarse sobre el asfalto, casi invisible ahora por la oscuridad. Un lugar apartado donde no habría ningún tipo de problema dado que las probabilidades de que alguien nos viera eran relativamente bajas. El auto se detuvo, tras lo cual, un hombre moreno de cabello largo y relativamente bajo salió del asiento del conductor. Del lado del acompañante, una enorme masa de músculos tatuada hasta la cabeza hizo acto de aparición, parecía ser el novio o guardaespaldas del otro, siendo que estaba armado y el rostro de pocos amigos me indicaba de tensiones en la cama.

Se acercaron, siendo que el primero hizo una señal con la mano para hablar en español, indicándole que me registrara. Levante los brazos, en señal de buena fe mientras lo hacían. No encontraron nada, como era de esperarse. El chiquito comenzó a arreglarse el gabán, encendiendo un cigarro para hablarme. – Pides cosas caras. Además de que el plazo de tiempo es muy corto. – Ya sabía a donde se dirigía, pero preferí fingir inocencia. - ¿Y su punto es? – Con una sonrisa sucia, mostrando unos dientes amarillos, comenzó a explicar el como exigía un pago mayor. De que contactara a mi jefe, que le dijera del cambio de planes y que de no ser así, me cortarían en pedazos.

La típica historia de criminales latinos, mi cabeza en una plaza, me incendiarían dentro de un barril y a saber que más, Legión ya me había contado de su metodología. – Deja que haga una llamada para tratarlo con mi jefe. – Saque mi teléfono de mi bolsillo, apartándome un poco para que no escucharan que debía decir y solo por precaución, comencé a dialogar en Ruso, un lenguaje que asumí estos matones de cuarta no entenderían. El teléfono intento conectarse durante una serie de segundos lográndolo tras la breve espera.

No sabía qué hora sería en Reino Unido, pero seguro él ya estaba despierto. - ¿Si? – Aclare mi garganta para hablar con total claridad, no le haría perder el tiempo a mis invitados, mucho menos a Legión. – Tengo a 4 tipos que creen que debo pagarles más. ¿Ordenes? – Escuche como se incorporaba en lo que parecía ser su cama, debido al ruido de resortes ajustándose. - ¿Realmente me llamaste por esto? ¿Qué te enseñado? – En retrospectiva, creo que fue bastante descuidado llamar, ya había considerado seriamente no pagarles pero ahora que me daban motivos, tenía otras razones para evitar cumplir la parte del trato. – No negociamos con aquellos que no conocen su posición. – Escuche como la llamada se cortaba, signo de que dejaba en mis manos el resto.

Di una media vuelta, dándome cuenta de que todos los hombres ahora estaban fuera del auto, esperando que hiciera algo. Moví mi mano para sacar mi varita del lugar en el cual la oculte, se podía confundir por casi cualquier cosa mucho más si era un muggle quien la sentía. La lluvia se detuvo, mientras que aquel hombre se preparaba para abrir la boca intentando decir algo. Hice un arco horizontal de derecha a izquierda pronunciando la maldición – ¡Sectumsempra! – Los ojos de todos se abrieron de par en par ante la sorpresa, pero antes de que pudieran reaccionar, ya estaban muertos. Paso a paso, me acercaba a los automóviles, solo para escuchar a alguien toser sangre.