The Legion Games [Harry Potter Fan Fic]

Conoce a tus Vecinos Parte II

Filipinas, Manila, 2 de Enero del 2.000

El sonido de la música era bastante agradable, hacía mucho tiempo que no nos permitíamos un lujo como este, de andar en un barco en altamar y mientras disfrutamos de la vista elegante de la isla. Mojamos la punta de nuestro dedo para proceder a pasar la página. Aunque dominábamos varios lenguajes, nuestro filipino había sido muy pobre desde antes. Escuche que unos pasos se acercaban a la cabina, sin sentir ningún tipo de temor, espere a que hiciera algún comentario ocurrente o alguna forma tonta de presentarse como se hacía usual. Aprendía con velocidad aquello que le enseñe, pero al final no podía cambiarle por completo, no sin hacer uso de magia que le haría perder su individualidad.

La puerta se abrió, para después de eso escuchar una voz. – Legión ¿Cómo dijiste que se llamaban esos monos raros sudamericanos? – Una media sonrisa se dibujó en nuestro rostro, para proceder a dar una respuesta. – Brasileños, mexicanos o latinos de manera general Malacoda. – Una carcajada resonó por el aire, para después de eso hacerme otro comentario. – Ganas esta ronda de chistes racistas. Pero sabes a qué me refiero... - Coloque sobre la mesa el diccionario de Ingles-Filipino para proceder a levantarme de mi asiento. Las personas en el barco estaban completamente dormidas, siendo que no era necesario asesinarlas para cumplir su parte en este negocio. Avanzamos hasta llegar a un grupo de jaulas que contenía a unos primates peculiares.

Todos parecían estar relativamente calmados, siendo que recibieron un buen trato por parte de mi subalterno. – Son Clabbert. No tienen nada en especial, más allá de esa cosa en su cabeza que brilla cuando el peligro se acerca. – Hicimos el comentario de manera desinteresada para acercarnos a una de las barandas del barco. – No quiero ofenderte, pero desde que llegaste a todos les brilla su sensor de peligro... - "Porque saben que no nos agradan los malditos monos." Un comentario que preferimos reservarnos, después de todo sería demasiado inconveniente. Ya era medianoche, por las luces a lo lejos estábamos seguros de que nuestro contacto estaba llegando.

Tras unos breves minutos de espera, subieron al barco usando unas escaleras. Vestidos de negro además de llevar arma de fuego ostentosas, un detalle peculiar que reservaría en un espacio de mi mente. El sujeto que parecía dirigirlos si tenía una varita en la cintura, además de un aura cuanto menos de autoridad. Pase un breve momento reorganizando mis pensamientos, desapareciendo todo rastro que pudiera delatarnos, el poco a poco aprendía la naturaleza del juego que tratábamos de llevar, el silencio es su mejor opción.

El hombre se acercó a evaluar la mercancía con una gran sonrisa. Se aseguró de contarlos, ver que estuviesen sanos, registrar su peso y talla, además de otras cosas científicas que me parecían innecesarias pero nuevamente me reservaría mi comentario para evitar problemas. – Excelentes especímenes. Me gustaría saber cómo los encontraron. – Encendí un cigarrillo para recostar mi espalda sobre la baranda de metal, procediendo a exhalar el humo. – Si no sabe de donde salieron le será más fácil negar como los obtuvo. – Con una señal procedió a hacer que uno de los hombres se acercará cargando un par de maletines. Estaba bastante emocionado, después de todo, lo que me prometieron sería un gran avance para mis propios planes.

Revise la mercancía, siendo que tanto el dinero como el objeto estaban en perfecto estado. Se los entregue a mi aprendiz para que el mismo procediera a sostenerlos. Nuestros compañeros procedieron a retirarse con velocidad, siendo que después de eso nosotros haríamos lo mismo. Camine para acercarme a donde se hallaba el chico, era hora de su gran bautismo de fuego, demasiado literal dada la ocasión. – Es sencillo. Solo debes presionar el botón. Preferiblemente cuando salgamos de aquí. – Coloque mi mano sobre su hombro mientras sostenía la mercancía para después de eso proceder a aparecer en una de las costas cercanas.