La sangre llama a la sangre

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-Arak Tiger?- preguntó Magnus sorprendido mirando al moreno.
-Magnus Bane, nos volvemos a ver- respondió a forma de saludo- tu puedes marcharte con el hada. No necesito ni quiero hacerte daño,  no me apetece derramar sangre de brujo, no traicionaría así a mi especie. Mi asunto es con los cazadores de sombras.
-No recuerdo haber anotado en mi agenda una cita con un tal Arak Tiger- comentó Jace poniéndose deliberadamente frente al grupo, su mano izquierda ya rozaba la empuñadura del cuchillo Serafín que tenía enganchado en el cinturón.
-Muy gracioso Herondale, veremos si te ríes en algunos minutos...
-Que quieres brujo? Tienes tres segundos para hablar antes que te arranque la cabeza- la voz de Jace era fría y lo decía en serio- Has secuestrado a un ser mágico por lo que los acuerdos ya no te protegen.
-Muy simple, necesito sangre de cazador de sombras. Mucha. El hada simplemente fue una excusa para atraerlos aquí.- repuso Arak tranquilo- Verán, existe un hechizo de magia negra que he tratado de descifrar por siglos. Finalmente lo he hecho y el último ingrediente que necesito es la sangre de cazadores de sombras... Estoy emocionado por ver que efectos positivos me traerá utilizar la de Clarissa y Jace, tengo entendido que poseen aún más sangre de Ángel que los demás cazadores. Que emoción!
-  Nosotros somos seis y tú uno. No tienes chance - siseó Isabelle desarrollando su látigo- entregáte y la Clave tendrá clemencia. Si no lo haces yo no la tendré.
Arak la miro impasible y luego sonrió dejando entrever su dentadura que estaba compuesta por dientes afilados en punta, tal como los tiburones.
-Muchachos, mátenlos- ordenó el brujo en un grito y desde los árboles comenzaron a aproximarse figuras. Cuando la luz de la Luna los alumbró el grupo pudo notar que se trataban de humanos pero tenían el rostro inexpresivo y la mirada perdida. Era un grupo numeroso, aproximadamente cincuenta. Y corrían hacia ellos con los brazos extendidos y dispuestos a atacar.
-Zombies?- pregunto Simon incredulo mientras sacaba un cuchillo Serafín
- Se los conoce como Comandados- respondió Magnus- son humanos muertos que funcionan con energía de magia negra.
-O sea, zombies- repitió Simon.
La horda llegó hacía donde se encontraban y comenzaron a atacarlos. Alec había dejado a Ghen apoyada contra un árbol y se disponía a ayudar a Jace a acabar con tres Comandados. Clary y Izzy impartirán golpes a diestra y siniestra mientras Simon y Magnus se encargaban de otros cinco.
Arak observaba la escena impasible, como si estuviese disfrutando de una buena película de acción.
-Recuerden no desangrarlos!- le gritó a los Comandados- necesito su sangre!
Mientras la pelea transcurría la sonrisa de Arak comenzó a borrarse, los Comandados iban cayendo con rapidez. Jace era un manchón borroso que se movía a velocidades vertiginosas acarreando a muchos Comandados a su paso. Alec era una sombra que lo seguia, haciendo caer a más enemigos.
Isabelle parecía una verdadera diosa de la guerra blandiendo el látigo furiosa mientras que Magnus empleaba su poderosa magia para evitar que los Comandados llegarán a ella.
Simon y Clary se movían con gran sincronía, anticipándose a los movimientos del otro y haciendo caer efectivamente a cualquiera que se interponia en su paso.
Cuando los últimos Comandados se desplomaron en el suelo, Arak entendió que no tenía posibilidad y se alzó a la fuga. Jace sonrió de lado y como una flecha se lanzó en su persecución, al cabo de unos segundos se encontraba sentado en la espalda de Arak, que se retorcía inútilmente tendido boca abajo en el suelo.
Clary saco el móvil y notificó con rapidez el asunto a la Clave.

El Inquisidor y unos miembros de la Clave llegaron en muy poco tiempo acompañados por dos Hermanos Silenciosos. En cuestión de minutos apresaron a Arak que seguía gritándole a Jace mientras que los Hermanos Silenciosos se ocupaban de Ghen. Tan rápido como habían llegado se fueron por medio de un portal.
Isabelle se sentó al borde de la fuente una vez que se quedaron solos de nuevo.
-Vaya noche- suspiró mientras se llevaba la mano al vientre en un acto reflejó. Sacó el móvil que acababa de vibrar y luego de leer un mensaje sonrió levemente- Mamá me acaba de informar que Ghen ya se encuentra en la tierra de las Hadas. Perdió poca sangre asi que se recuperará rápido.
-Me alegro por Ghen y maldigo a Arak por haber arruinado mi fiesta- repuso Magnus con verdadera furia.
-Ya tendrás tiempo de organizar una mejor- le consoló Alec poniéndole una mano protectora en el hombro. Magnus pareció animarse.
-Quizá en la próxima fiesta puedas contratar a guardias para que cuiden la entrada- sugirió Jace- ya sabes, para evitar que entren brujos locos satánicos que quieren robar la sangre de tus amigos, lo usual en las fiestas- finalizó sonriente.
Magnus le dedicó una mirada asesisna.
-No seas idiota- le reprendió Clary mientras  le propinaba un codazo en las costillas que él fingió doler.
-Bueno, tranquilos- dijo Simon muy sonriente- díganme, ¿qué Halloween es bueno si no hay zombies que quieran intentar matarte?
Todos lo miraron y ninguno pudo evitar que una sonrisa se extendiera por sus rostros.

Fin.

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Y así concluye el especial de Halloween que tardé horriblemente en actualizar.
Como ya les dije, no hay excusas ni perdón que valga. Lo siento muchísimo.
Los quiere
Clarissa Black.

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⏰ Última actualización: Sep 29, 2016 ⏰

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Cazadores de sombras: especial de HalloweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora