S I E T E

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"Me dejaste sin palabras, y hablando solo me quedé."


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Me lleva unos minutos descifrar todo lo que ha dicho, pero cuándo lo consigo, no sé que decir. Miro a mi hermano, pero ya no está ahí. No comprendo exactamente a que se refería con lo que me ha dicho en morse, pero sí sé que me ha hecho entender mucho más de lo que me ha dicho. Se ha ido, pero sigue aquí.

-¿Que ha pasado? -pregunto de repente a mis padres. Ellos se miran, cómplices, y ninguno se atreve a hablar, así que me levanto y salgo de la habitación. Antes había visto a Tyler sentado ahí, así que es dónde me dirijo. Al salir al pasillo veo que mi hermano no está, cosa que confirma mis sospechas, pero ahí está Dylan con Alex. Para mi sorpresa, Alex lleva el brazo enyesado. Tampoco hablan. Están  sentados con una silla de espacio entre ellos. Al acercarme veo que Dylan tiene las manos cómo si estuviese apretando alguna cosa, pero ahí no hay nada ni nadie. O eso creía yo.

Cuándo me ven, Alex es la primera en levantarse y me abraza. Cuándo me suelta, tras unos dos minutos, Dylan también me abraza, y él también llora. Lo peor es que creo saber el porque.

Se separa más rápido que Alex pero sigue llorando. No se le notan mucho las lágrimas, porque a la mínima que sale una gota él se la quita con la mano, pero tiene los ojos rojos. Sus preciosos ojos negros ahora se ven mucho más grandes de lo normal, entre las lágrimas y sus gafas, que son de esas con el cristal muy grueso que hace que los ojos se vean más grandes. Me parece que no ha dormido mucho estos últimos días. Aún así, la curiosidad me mata por dentro, y soy el primero en hablar.

-Eh...  -empiezo sin saber cómo.- ¿Qué pasó?

Alex mira a Dylan, cómo preguntando si quiere explicarlo él, pero este le hace un gesto con la cabeza para decirle que no, que mejor lo diga ella.

-Verás, -dice Alex alternando la mirada entre Dylan y yo- no sé si te acuerdas, pero el pasado jueves fuimos de fiesta al local, cómo muchas veces, pero ahí había mucha gente y al final nos cansamos de estar ahí encerrados, así que tu propusiste coger tu moto e ir al mirador Sur, a ver la lluvia de estrellas desde la playa. Me pareció una buena idea porque desde el local no se verían, por culpa de toda la luz que siempre hay, así que fuimos. 

Íbamos a subirnos a tu moto cuándo me di cuenta de que me había dejado mi mochila adentro, así que te dije que iba a buscarla y volvía. Te preocupaste por acompañarme pero te insistí en que no hacía falta, que en unos minutos volvía.  El problema es que en unos minutos no volví, porque entré, y al volver a salir, me encontré con unos chicos borrachos que no me dejaban pasar. Cómo viste que no volvía, entraste a por mí y ahí me encontraste. No pasó nada grave, porque al verte, cómo no es que seas enano, se fueron diciendo que solo querían hablar un poco. Aún así, estabas cabreado ya, y al subir a la moto quisiste descargar toda la rabia conduciendo deprisa, cosa muy peligrosa pero que te encanta. Por suerte, no pasó nada por ir tan deprisa y llegamos al mirador.

Nos sentamos dónde siempre y al cabo de una media hora vinieron algunos chicos del grupo de Ben, que ya sabes cómo son, y se metieron contigo. No sé exactamente qué fue lo que te dijo ni tú a él, pero de repente Ben te cogió de la camiseta y te estampó contra el suelo, literalmente. Yo intenté intervenir pero justo entonces, Ryan tiró de mi brazo y empezó a hablarme.

Me dijo, a grandes rasgos, que sabía cómo salvarte de esos, así que le hice caso y en cinco minutos ya estabas fuera de sus manos, pero, perdón por la expresión, pero ibas medio atontado ya de las hostias que te metió en la cabeza y estómago. Te bajamos hasta la playa y ahí te tumbamos en la arena para que te recuperaras, pero nos despistamos y te dejamos demasiado cerca del mar, lo cuál provocó en una ocasión que una ola un poco más grande que las otras te pasara por encima y por poco te ahogaras.

Después de un rato, ya estabas bien y te podías mantener, mas o menos, en pie. El problema es que en ese momento, supongo que fue un despiste, pero no sabías quienes eramos, y de repente saliste corriendo hacia tu moto, pero no se que hiciste al subir las escaleras que te caíste hacia atrás y te pegaste un buen golpe. Pero tú, en tus trece, querías coger tu moto e irte. Intentamos pararte pero al final te fuiste. Cómo no podíamos seguirte a pié, decidimos llamar a tu hermano y que fuera a buscarte con su coche.

Estuvimos hablando un par de minutos con él y nos dijo que creía saber dónde estabas, aunque aún no sé dónde era ese sitio. El caso es que te encontró dormido tirado por ahí, te recogió, y te llevó a casa. El problema, es que cuándo volvíais en coche, pasasteis por fuera de la ciudad para ir más deprisa, ya que si pasabais por el centro tardaríais más a causa de policías y semáforos, y por fuera, cómo sabrás, se ven muchas granjas, y se ve que hubo un incendio en una de ellas, provocando que un montón de animales se escapasen, asustados, hacia la carretera. Según los policías debisteis intentar esquivar alguna vaca cuándo se os escapó el control del coche y chocasteis contra un muro de la izquierda, dónde se supone que habría una balsa para regar los árboles, y...

-Tú recibiste varios golpes pero nada grave, por lo que parece... -sigue Dylan.- pero Tyler murió a los pocos minutos después del impacto. Lo siento mucho. -dice ocultándose la cara con sus manos.

-El funeral fue el lunes... -dice Alex.- Siento que no pudieras venir.

-Espera... -digo yo en shock. - ¿En que día estamos hoy?

-Viernes 17 de septiembre. -contesta una voz muy familiar detrás de mi, y sé que nadie más le ha escuchado.

F I N.

¿Invisible?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora