3 de octubre del 2016:
Esta mañana estaba tan distraída que me han enviado a detención por haberme quedado dormida dos horas seguidas y por haber ignorado a la profesora de psicología cuando me dijo que me quedara a hablar con ella; en verdad no sabía dónde tenía la cabeza estos días, pero la respuesta era más que evidente, tú.
Después de que la mayoría de las personas habían abandonado el instituto, me dirigí a la sala de detención arrastrando los pies. Le di la nota que me habían dado al profesor y me senté en la última butaca para leer un libro. Ni siquiera eso podía hacer. ¿Qué me estás haciendo? No abandonas mis jodidos pensamientos. Incluso tengo la sensación de que te quiero.
¿Sabes en qué no puedo dejar de pensar a parte de ti? De lo que has hecho. Mi amiga me contó que te has vuelto a besar con una chica que solía ir en nuestra escuela. Sé que tienes novio, pero no entiendo por qué te besas con ellas. ¿Es que acaso no lo quieres? ¿Te besas con ellas por moda? Porque muchos dicen que es así, por moda.
Los minutos pasaron y entraste al aula. Me pregunté por qué te habrían mandado a detención. Veo que hablas en el teléfono. Me gustaría poder saber si cuando llegásemos hablar, ¿sonreirías al igual que cuando hablas con él? Pero he visto que ni siquiera sabes que existo. Quiero tú cuerpo bajo el mío, sin embargo.
¿Algunas vez viste la película de Mean Girls (Chicas Pesadas)? ¿No? Bueno, hay una escena en donde la protagonista está en clase y el chico que le gusta le pregunta:
—¿Qué día es hoy?
Y ella responde:
—3 de octubre.
Hoy es tres de octubre y no me lo preguntaste.
