27 de Noviembre del 2016:
Lo primero que hice al abrir los ojos, fue pensar en ti. Soñé contigo. No dejas mis pensamientos y mucho menos mis sueños. Ahora no recuerdo muy bien de qué iba el sueño, pero si recuerdo tu rostro en él. Podría escribir una infinidad de versos solo con ver tu rostro, sabiendo que ni aun así podría describir correctamente lo que se siento al verte, no quiero difamarte con unas palabras tan pobres y sencillas, solo quisiera lograr entrar en tus oídos, tus pupilas y tus labios, para así, alcanzar tu reconocimiento, sembrando en tu piel y en tu alma el sentimiento que crece dentro.
Aunque confieso y espero no ser muy atrevida, al mencionar que su sonrisa causa colisiones en mi corazón, locura en mi mente y alegría en mi vida. Confieso además que escribirle en este momento es una de las virtudes que tengo. No espero que lo leas, tal vez se pierda entre tantos comentarios, pero solo quiero hacerte saber que mi poema llegara a ti algún día, poema que he escrito en este preciso momento y no lo culmino, porque este no será el único ni el último, los poemas que yo escribo no tienen fin, ni siquiera un principio conciso, solo son sentimientos expresados que espero lleguen hasta a ti.
