Capítulo 9 Preparando el Almuerzo

71 4 1
                                    

Llegué al comedor y me senté con muchas ganas de reír, pero no podía arruinar la sorpresa. Él me hizo la invitación para levantar mi cacerola, que con gusto atendí, él solo me miraba en expectativa, aún no había visto su plato, debía apurarme para que se diera cuenta, así que tomé mi primer bocado de arroz con un toque de ensalada césar y un pedazo de mi pechuga a la plancha, para metérmelo en la boca y saborearlo. Él me miró sorprendido, por los alimentos que había tomado de mi plato, así que bajó la mirada al suyo, para lanzarlo al suelo y por poco irse en vomito.

-Ups. Creo que la broma se te revirtió- le dije irónicamente

Sí, yo había cambiado las cacerolas y no me contuve, así que me solté en risas. Solo agradecía a que yo ya había comido el platillo y dejado un poco para comer en frente de él.

Terminé mi platillo, que en realidad era el suyo, mientras él seguía pasmado sin creer lo que había pasado. Pues las cucarachas asadas con ensalada que me mandó a preparar estaban ocupando su almuerzo. Me levanté en pose de victoria, le di unas palmaditas en la espalda

-Creo que te toca cocinar, porque no hay más- le dije para luego tomar mi plato

Me adentré en la cocina, lave lo que usé, tomé una manzana y salí de allí dándole un mordisco a la manzana, estaba segura que si me quedaba más tiempo rondado por allí me iba a ordenar a hacer algo para vengarse y ese no era mi plan.

Edrick Lee

Estaba impactado con lo que acaba de pasar. Se suponía que la broma era para ella, no para mí. Quería despedir al chef y a todos los de la cocina, pero me resultaba imposible. Ahora ¿Qué porquería iba a comer? No sabía ni siquiera encender la cocina, pero esa mujer me había dejado sin nada y se fue burlándose de mí, no podía permitir esto. Ella era lista, no sé cómo lo descubrió

Me adentré a la cocina y rebusqué, pero realmente no había nada. Me enfurecí, así que tomé la caja de cereal, un cartón de leche barata y me serví en un tazón. Estaba completamente impactado y furioso por esto. Nadie en mi vida me había tratado de esa manera, mucho menos una mujer. A medida que me introducía la cucharada de cereal en la boca, solo la veía a ella, saboreándose mi almuerzo. Después de un rato me calmé un poco, pero aún tenía el tazón con cereal.

De pronto la puerta se abrió, revelando a la chica que me las pagaría algún día por esto, no dije ni una sola palabra, solo la miraba con seriedad, pero no me sentía tan enojado como antes.

-Eso no te sustentará el almuerzo. Debes comer algo más pesado- me dijo con una sonrisa. Parecía divertirle mi situación

-No sé cocinar- le respondí de forma seria y cortante

-No puedo creer lo que estoy a punto de hacer- dijo en un susurro que apenas pude entender

-Deja eso y ven aquí- me dijo esta vez un poco más seria

-¿Qué? ¿Vas a prepararme algo?- le dije con ironía. Aunque en verdad quería que lo hiciera. Yo tenía hambre y lo que comía parecía alimento de anciano

-No hagas que me arrepienta y te deje sin comer- me dijo de forma amenazante

Esta chica, en verdad era diferente a lo que había conocido y la primera en verme como si fuera alguien sin importancia. No quería quedarme sin comer, en verdad necesitaba una comida real. No sabía que era lo que ella haría, pero nada perdía con obedecerle esta vez. Me acerqué a ella y sin más me empezó a dar órdenes a las que tuve que obedecer sin mucho entusiasmo

-Bien, ahora corta los tomates, luego los pepinillos y después las cebollas- me dijo como si fuera una maestra

Me sentía como un niño del jardín de infancia, esto era vergonzoso, yo era el dueño de todo en ese lugar no ella, pero ni muerto se lo decía en ese momento, ya que tenía un cuchillo grande y afilado en mano. Tomé el cuchillo que me entregaba, yo tenía el ceño fruncido, no sabía cómo cortaría todo lo que me dijo. Traté de empezar, colocando el cuchillo encima del primer tomate, lo empujé hacia abajo, pero como resultado obtuve que el tomate resbalara y cayera al suelo. Alicia se golpeó la frente en señal de decepción, yo debía ser el peor alumno que haya tenido. Ella tomó de nuevo el tomate, lo lavó y lo volvió a colocar en su lugar para que lo intentara de nuevo

Secuestrada por una EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora