Capitulo 4

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Esta parte se cuenta desde la perspectiva de Amstrong.

Amstrong y Maverick estaban sentados tomando té en la oficina.
-Bueno...Que opina de los niños...?- preguntó Amstrong.
El capitán general estaba sirviendo té y le ofreció uno a Amstrong.
-No gracias, prefiero fumar...me relaja mucho.-
-Ya veo...bueno a decir verdad aún son niños...si todos murieron en la simulación, al estar expuestos al peligro real...no quiero ni imaginármelo, ellos son nuestra última esperanza...tenemos que encontrar el templo y así acabar de una vez con todo.- dijo Maverick.
-Ah...el templo...que cree que encontraremos cuando lleguemos allí?- preguntó Amstrong recostado en el sofá
-Se supone que allí se encuentra la respuesta de todo...ellos me lo dijeron...- dijo Maverick.
-La verdad me sorprende que aún no hayan venido...¿que es lo que traman?- se preguntó a si mismo Amstrong.
Maverick bebió de su taza de té y dijo:
-Sea lo que sea que traman...tiene que ver con nosotros, ellos tienen el poder de destruirnos con su rayo, recuerdas que destruyeron medio París junto a la torre Eiffel? Ellos podrían hacer lo mismo con esta base.- dijo Maverick con un tono de preocupación.
-Si, Capitán General...quiero que me de el permiso de ir a un lugar en específico.-
-¿Ya es la fecha verdad?- preguntó Maverick.
-Si...en ese lugar no hay corredores, así que va a ser seguro..- dijo Amstrong con una mirada sería.
-Está bien, ve con Amanda, ella va a pilotear el helicóptero.- dijo Maverick.
-Si, muchas gracias!- dijo Amstrong sonriente.
Amstrong salió de las oficina y se dirigió al centro de la ciudad, todo estaba transitado como siempre, en estos últimos meses, las mujeres embarazas aumentaron...quizás en verdad podamos vivir aquí...pero hay un problema...aún no nos hemos desecho de esos extraterrestre y no sabemos cuándo va a aparecer su nave de nuevo, después de que salvamos a Edward, no me esperaba que aquella nave destruyera toda la ciudad, creo que fue lo mismo con todo el mundo... me pregunto ¿que hicimos? ¿Cuál fue nuestro error? No sé qué pensar la verdad al respecto, todo es muy confuso...
Me dirigí a la floristería más popular de la ciudad.
Al entrar una señora mayor me saludó.
-Amstrong!-
-Buenos días señora Anita.- saludé con una sonrisa.
La señora Anita, una mujer de tercera edad muy encantadora, se acercó a mí y con una gran alegría me tomó de las manos.
-¿Que lo trae por aquí? O...tiene una cita o algo parecido? Ya era hora de que tomara un descanso- dijo Feliz.
Solté una pequeña risa.
-No señora Anita, voy a hacer una visita especial...- dije.
-¿Porque la cara larga? Es para alguien importante verdad?- preguntó la señora Anita con una sonrisa.
-Si...-
-Está bien, cuál quieres?- preguntó la señora Anita mientras observaba todas las flores que tenía.
-Deme un Ramo de Rosas blancas, son sus favoritas- dije.
La señora Anita me entregó el Ramo.
Metí la mano en mi bolsillo para pagarle.
-bien, ¿Cuanto es?-
-Llévatelo, para tí es gratis, solo prométeme algo.-
-¿Que cosa?-
-Vas a seguir viviendo...-
Quedé en shock por un segundo y contesté.
-Sabe...Usted es la segunda persona que me lo pide...-
-Espero no ser la última.- dijo la señora Anita sonriente.
-Está bien, se lo prometo.- dije.
Tomé el Ramo de flores y me retiré de la floristería, la melancolía había invadido mi ser.
Aún me cuesta creer que podemos simular los climas debajo del mar, es algo loco...pero todo está muy tranquilo y eso no es algo bueno.
Caminé por la ciudad llegué a la panadería de Elsie.
Entré por la puerta, al entrar un pequeña campaña sonó, el ambiente familiar dentro era algo agradable, había aire acondicionado y mantenía fresco el lugar, como siempre estaba un poco lleno el lugar, me acerqué a caja para realizar mi pedido.
Pedí cuatro panes preparados y un Jugo de durazno.
Al retirar mis panes, me dí cuenta que al fondo de la tienda, estaban Elsie, Edward y Emily sentados conversando, se veían muy felices y al parecer Elsie y Edward se llevaban mejor.
Me ponía un poco mal el saber que esa sonrisa no les iba a durar mucho, Disfruten su momento chicos...
Salí de la tienda y me dirigí al ascensor que llevaba hasta la enorme plataforma en el mar, finalmente llegué al helipuerto, una chica con una Camisa interior negra, pantalón militar, pelo Negro recogido, ojos azules y unos labios gruesos y cuerpo esbelto, ella se llamaba Amanda
-Estas listo Amstrong?- preguntó Amanda.
-Deberías ser más respetuosa, para ti soy capitán, Piloto Amanda.- dije con una sonrisa vacilona.
-Oh...si claro, "capitan" ¿partimos? Tengo otras cosas que hacer.- dijo Amanda.
-Adelante, llevas los fusiles y las mochilas?- pregunté.
-Eso lo primero de lo que me aseguro.- dijo con una sonrisa malévola.
-Bien! Partamos.-
Entré a la cabina y me senté de copiloto.
El helicóptero despegó y nos adentramos al Océano...el viaje fue muy silencioso...estuve casi 4 horas sin decir ni una palabra, casi no recordaba el exterior, el día estaba completamente gris y nublado, era como aquel día...
Cada ves que pienso en aquello me invade una triste muy fuerte, me siento vacío...no sé porque hago esto...en esta situación que os encontramos no soy capaz de decidir que está bien o que está mal, lo único que me da fuerzas de vivir son las promesas que hice.
Finalmente llegamos, estamos en Texas aterrizamos en un cementerio, como era de esperarse no había ningún corredor, un rayo de aquellas naves impactó cerca del cementerio, haciendo inaccesible su entrada a pie.
Me bajé del helicóptero y caminé hasta llegar a dos tumbas, con el Ramo de flores en mis manos, me agaché para ver más de cerca.

Génesis: La verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora