Capitulo 10: Edward y Amstrong.

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Me estaban vendando la herida que la bala provocó, Amstrong, Elsie y Emily estaban conmigo en la enfermería, estábamos esperando a aquella chica que recogí en el callejón despertara para contarnos qué pasó en realidad.
-Recientemente han habido muchos asesinatos, todos con frases relacionadas con "el todo poderoso Dios" no hemos podido investigar que está pasando en verdad, todo el cuartel está ocupado...- dijo Amstrong.
Para que todos estén ocupados...algo debe estar pasando.
-¿Que está pasando?- pregunté.
Amstrong me miró y dijo a secas:
-Nada importante.-
Me levanté de la camilla de la enfermería y me acerqué a Amstrong.
-¿Que estás ocultando?- pregunté.
Amstrong arrugó las cejas y contestó violentamente:
-Nada que te interese, eres solo un niño, concéntrate en seguir órdenes!-
Me enojé y lo empujé.
-¿cuál es tu problema? Hace poco confiabas en mí, ahora dices que soy solo un niño inútil!- exclamé.
-Quiero protegerte, ¡¿¿no lo entiendes??! Yo...no quiero que nadie más muera!- exclamó Amstrong.
Agaché la mirada y dije:
-Lo siento... arreglaré lo de los asesinatos.- dije y me retiré de la habitación con Emily.
-¿Vamos a casa?- preguntó Emily con un gesto de preocupación.
-Si, vamos.- dije y salimos de la enfermería.

Caminamos por las calles de la ciudad, había mucha gente, todas seguían su camino...es como si ignoraran la verdadera situación, el clima de hoy era nublado, se podía notar que era simulado, no es lo mismo que afuera.

Llegamos a nuestro departamento, entré y caí directo a la cama, la cual era muy cómoda, el departamento era grande...tal como lo recordaba, las peleas, las risas, nuestra amistad...todo en esta habitación, me llenaba de tristeza, recordar todo de nuevo...era como un dolor de cabeza que no cesaba.
Abracé a Emily como nunca antes había abrazado a alguien.
-Te quiero...voy a protegerte...pase lo que pase.- dije entre lágrimas.
-Lo sé hermanito...lo sé.- dijo Emily mientras la rodeaba con mis brazos.
-Mañana me vas a ir a recoger a la escuela?- preguntó Emily.
-Si...lo prometo.- dije sonriente
Me acosté y cerré los ojos.

-Gracias...- susurró Samuel.
Me levanté repentinamente al recordar La muerte de Samuel...
Él, antes de morir movió los labios, tratando de decir algo...
-Así que eso fue lo que dijiste ¿eh compañero?- susurré mientras mis lagrimad rodaban.
Me levanté, me guardé la pistola en mi bolsillo trasero y salí, Emily estaba dormida, así que la dejé allá.
Era de noche...al parecer ¿de madrugada?
Caminé por las frías y abandonadas calles, los faros alumbraban cada zona, era solo yo...nadie más, se sentía tan bien...
Escuché unos susurros que provenían de un callejón, me agaché y los observé detrás de un tacho de basura.
Dos hombres, eran adolescentes, fumando con una chica en el suelo, al parecer estaba inconsciente.

Otro sujeto se acercó por detrás de Edward y con un bate, lo atacó, dejándolo inconsciente.

*Gritos*
*sonidos de maquinas*
*música de ritual*
Abrí los ojos...frente a mí estaban destripando a un niño, le estaban sacando sus órganos y estaban comiéndolos.
Estaba a punto de hablar pero sentí el filo de una cuchilla rozando mi cuello.
-Shh.-
Esos no eran corredores, eran humanos! Comiéndose al pobre niño.
-¡Así es! Sigan así y van a ser parte de los inmortales, Dios nos mandó esta bendición, debemos aprovecharla y agradecérsela!!-
El hombre que dijo eso era alto, Delgado, con el pelo corto negro, muy blanco y tenía una túnica negra con una cruz roja en el espaldar.
-¡Traigan al otro niño!- exclamó el hombre.
Trajeron a otro niño, este se veía muy asustado y desesperado.
-Espera, DETENTE!- exclamé.
Estaba amarrado a una silla, no podía salir.
Aquel niño se movía de un lado a otro para escapar, le abrieron el estomago con un cuchillo carnicero y empezaron a comérselo.
-¿Lo ves? Eso los hace sentir mejor, ellos ya no tienen la enfermedad, para sobrevivir, tienes que ser como ellos.- me susurró al oído.
-¿¿Quien carajos eres?!!- pregunté aterrorizado.
-¿Quien soy? Soy tu peor pesadilla.- y empezó a reír a carcajadas.
Una vez que terminaron de comerse al niño, un hombre llegó abriéndose paso entre los presentes, era de porte señorial, de ojos aceitunados y cabello negro rebelde, todos se mostraron temerosos y respetuosos antes su sola presencia. Dijo:
-Soy Luke, soy el líder de esta secta, buscamos la salvación a través de la conexión divina, no somos monstruos, somos ángeles, enviados únicamente con una misión, salvar a todos, limpiarlos de sus pecados!- exclamó Luke.
Los clérigos me rodearon.
Me empecé a desesperar, la poca iluminación de la habitación, todo da vueltas, escucho su voz En todos lados, todo se distorsiona...
-Decide...únete a nosotros, somos la salvación...Dios es una persona bondadosa y amable...él te recibirá con los brazos abiertos...vamos, ven con nosotros.- dijo Luke mientras deslizaba sus dedos sobre mí barbilla.
¿Que hago? Estoy en una situación muy desesperada, no sé qué hacer, todo da vueltas...no me siento muy bien.
-Sabes...? Vamos a hacer esto de otra manera...- dijo Luke sonriente.
Luke y su grupo me arrancaron la camiseta.
-¡¡Maravilloso!! ¡¡Impresionante!! Tú tatuaje...tú eres el enviado...tú eres el mesias!!- exclamó Luke haciendo reverencia con todo su grupo.
-Solo...suéltenme!!- dije.
Me soltaron y me levanté, observé la pila de niños en el suelo...
Estaba petrificado ante tal masacre...la sangre en el suelo, el ambiente tétrico, vomité del asco que sentía.
La sonrisa tétrica de Luke, me intimidaba, me llenaba de miedo...es como si él fuera la mismísima muerte.
-Oye...aléjate.- dije mientras retrocedía, me tropecé con un cadaver, vi el rostro deformado de una niña.
Me arrastre hacia atrás, buscando una salida.
A todos lados que miraba había muerte.
-No hay salida, no puedes escapar de tu destino...Tú eres la llave, tú eres la salvación de todos nosotros, tú eres la llave del templo que abrirá las puertas hacia un mundo sin dolor y sufrimiento...la tierra prometida.- comentó Luke.
Arrugué las cejas mostrando mi enojo.
Hice puño mi mano y corrí hacia uno de los clérigos, le rompí la nariz con mis nudillos, los cuales empezaron a sangrar.
Luke se acercó a mí, lentamente.
Sus discípulos me agarraron de los brazos para no escapar.
-DETENTE!! ALEJATEE ALEJATEEE!-
Me movía de un lado a otro para libarme, pero era inútil, Luke estaba frente a mí, con una sonrisa llena de satisfacción, presionó mi frente con su dedo índice, de ese punto, surgieron unas grietas de color rojo que conectaban a mi espalda.
-¿Puedes sentirlo? Tú eres el mesias, tú eres el principio y el fin...te serviremos hasta el final, maestro.- me hicieron reverencia.
De repente empecé a sentirme mareado...no podía mantener el equilibrio y mis ojos se cerraban poco a poco...

Génesis: La verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora