•Libro personalizado para shippers Wigetta.
•Publicación casual.
•Ideas propias, al no ser así se darán los créditos al original al finalizar la historia.
Permíteme tener la osadía de dirigirme a ti. Permíteme dedicarte un vídeo y decirte que esto no lo hago por cualquiera. Si quieres piensa que no es para ti si así te sientes menos culpable. Permíteme decirte que me gustas.
Quiero un día más contigo, esta vez robándole a Cronos el tiempo y a Ra el sol. La luna ya me la regalaste hace tiempo.
Creo que no hace falta que te repita que para mí es difícil decirte lo que siento. Principalmente porque tú rompiste mis esquemas ya establecidos y por ello no sé muy bien que siento por ti. De tus caricias que desprendían más caricias y de tus besos que anhelaban más besos.
Supongo que no serás consciente de las veces que has estado en mis pensamientos y mente últimamente. Supongo que no sabrás que estoy algo cansando de las palabras, de nuestras esperadas palabras. De tus abundantes elipsis y de mi intento de perfección literaria cuando te escribo y que resulta imposible e imperceptible para ti.
¿Te he dicho ya que todo momento se me queda corto contigo? Que haces parar mi reloj. Que haces parar el tiempo cuando te acercas. Que haces detener todo lo que ocurre y simplemente pasa... Porqué tú estás.
Malditas hormonas y maldita adolescencia. Yo debería estar estudiando o de fiesta. Y aquí estoy, pensándote, una noche más.
Encendiste algo en mí, de nuevo. Vivía bien en la sombra del sol, esperándote. De verdad, creía que lo tenía todo. Pero me faltaba algo. Ese algo eras tú.
Hace tiempo que mi sombra y yo no encajamos. Creo que ahora sólo encajo contigo y mi sombra tiene celos por ello.
No te quiero, de verdad. No quiero quererte. No quiero sentir nada de eso. No quiero imaginar más futuros perfectos a tu lado. Simplemente quiero un día más a tu lado y que se repita para siempre, que no exista el libre albedrío ni el progreso. Sólo quiero un bucle infinito a tu lado. Sólo quiero volver a pensar que no existe nada más excepto tú y yo.
Pero si te digo la verdad, no me importaría volver a equivocarme si es contigo. Aunque a ti no hace falta que te encienda nadie, ya siempre lo has estado.
No me gustan los compromisos. No me gustan los te quiero. Y menos aún si se convierten en sustantivos de tanto usarlos. No me gusta sentirme en este carrusel de emociones por tu culpa. Con sus altos y bajos provocados por tu vaivén al caminar delante de mí.
Y creo que voy a irme a dormir. Creo que voy a seguir pensando en cómo encuentras en mis defectos mis mayores virtudes. En como aceptaste mis condiciones de uso sin leer las 80 páginas que decían lo incomprensible que iba a ser para ti.
Tu mirada la entiendo, tus ojos son claros, sinceros, llenos de recuerdos y sueños. Ojos que espero seguir mirando mientras te agarro del cuello y te digo que me gustas mucho. Que me robes un beso y yo te robe otro.
Buenas noches, y en especial a ti, por hacerme sentir como una nube, de la que seguro que caeré pero madre mía, que bien se está contigo aquí.
