Parte 4

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El viaje hasta el loft transcurrió con la rutina a la que Stiles y Derek ya estaban acostumbrados. Con Stiles hablando a mil por hora, tratando de ponerle al día sobre lo que había ocurrido en las semanas en que Derek había estado de turismo por Mexico, y con Derek haciendo ver que no le interesaba nada de aquello cuando los dos sabían que no era así.

Pero cuando aparcó el jeep frente al edificio todo cambió de golpe: Stiles se encontró con que no sabía qué más decir y Derek se quedó muy callado. No callado como solía ser costumbre en él pero siempre quedaba claro lo que estaba pensando, sino en plan callado, callado. De tal manera que Stiles no tenía ni la más remota idea de lo que podía estar pasando por aquella cabecita tan mona.

De esa guisa, con un silencio bastante incómodo para su gusto, Stiles siguió a Derek hasta el interior del edificio y entró tras él en el ascensor. Por supuesto, durante el viaje Derek no había tenido a bien de comentarle qué se suponía que iban a hacer ahora, con lo que Stiles no pudo morderse la lengua por más tiempo y tuvo que preguntar.

Pero la pregunta murió en sus labios en cuanto entró en el ascensor, miró a Derek a los ojos, y fue consciente del modo en que él le estaba mirando.

De un modo que parecía que era la primera vez que le veía en toda su vida.

Y justo cuando se cerraron las puertas del ascensor, Derek se pegó a él y le besó con una brutalidad que no tenía mucho sentido. Parecía el típico beso que alguien acababa dando cuando llevaba horas queriendo hacerlo pero no le habían dejado, o el que se daba después de una larga sesión de besos más tiernos y castos y era hora de pasar a la acción. Aunque en este caso no se había dado la segunda opción y, si hubiera estado de la mano de Stiles, la primera nunca habría existido.

Pero nada de eso importaba ahora porque por fin estaba besando a Derek. Mejor dicho, y mejor aún, Derek era quien había iniciado el beso y de qué manera.

Entusiasmado por la simple idea de que Derek le estuviera poniendo tantas ganas al asunto, Stiles respondió al beso con fuerza para ponerse a la altura del hombre lobo, siendo consciente en ese instante de que jamás había besado a nadie que no fuera más fuerte que él. Porque con Malía había pasado exactamente lo mismo.

Deja de pensar en Malía.

Fue darse esa orden y todo fue aún mejor.

Llevó las manos a la chaqueta de Derek, que agarró desesperado, y en seguida sintió las propias de Derek sobre su espalda, atrayéndolo hacia él de tal modo que podía notar perfectamente su anatomía pese a la ropa que había entre medias.

Pero todo fue aún mejor cuando las manos de Derek dejaron de estar rodeando su espalda para, sin dejar de besarle y soltando algún que otro mordisco, comenzaron a bajar poco a poco por ella. Y cuando creía que iba a morirse de gusto porque esas manos empezaron a acariciarle el trasero, Stiles tuvo un micro infarto al sentir que esas mismas manos le levantaban en volandas y Derek se encajaba en el hueco de sus piernas.

Stiles gimió en la boca de Derek cuando sintió su entrepierna rozando la suya y Derek respondió con un mordisco a su labio inferior. De pronto el ascensor dio un pequeño sobresalto al detenerse mas ninguno dio indicios de querer parar. Al contrario, el agarre de las manos de Derek sobre el trasero de Stiles se hizo aún más férreo y Stiles deseó que el pantalón desapareciera.

Cuando Stiles sintió que iba a ahogarse, porque realmente necesitaba respirar, Derek apartó su boca y la llevó hasta la parte visible de piel que había entre el cuello y el hombro. Sintió un escalofrío al notar la lengua de Derek en esa zona y pensó que le bajaría al suelo, ahora que parecía haberse calmado un poco... Pero esas no eran ni mucho menos las intenciones del hombre lobo.

Everyone Loves StilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora