Parte 12

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Stiles dejó un millón de mensajes, tanto escritos como por voz, en cuanto Derek apagó el teléfono tras haberle intentado llamar un millón de veces más. Estaba claro que aquello no iba a funcionar porque, si alguien era capaz de estar días sin dar señal de vida, ese alguien era Derek Hale.

Así que pasó al plan B, consistente en ir a pedir perdón en persona. No tenía ningún problema en hacerlo, pues no había duda de quién había metido la pata hasta el fondo esta vez. Y afortunadamente y a diferencia de Derek, él no sentía que su hombría quedaba en entre dicho por el simple hecho de pedir perdón.

Por eso en cuanto se acabaron las clases al día siguiente, y de las que por supuesto que no se había enterado de nada porque solo había estado pendiente del teléfono, se presentó en el loft.

Y por primera vez desde que conocía la existencia de ese lugar, el loft estaba cerrado con llave.

Una extraña sensación se apoderó de Stiles al ver que la puerta no cedía.

Estaba claro que Derek se había ido. Pero las otras veces que se había marchado, incluso cuando se ausentó durante semanas para ir a acompañar a Cora a Sudamérica, la puerta siempre estuvo abierta. El edificio estaba medio abandonado y nunca había temido que un día entrara un ladrón a robarle... Amén del hecho de que, en el caso de que entrara, no tendría mucho que robar.

Así que ver ahora la puerta cerrada resultaba bastante descorazonador.

¿Qué significaba eso? ¿Que Derek se había marchado, esta vez para siempre?

No. Eso era imposible.

Si no lo había hecho cuando se quedó sin la mitad de su manada por culpa de Deucalión o cuando tuvo que ver marchar a Cora al poco tiempo de haberla recuperado, no tenía ningún sentido que lo hiciera ahora, simplemente porque el niñato con el que estaba le había engañado con otra.

Era absurdo.

Absurdo porque si de verdad había hecho eso, Derek estaba demostrando ser un crío que hacía una montaña de un grano de arena y sobre todo absurdo porque, en el caso de que realmente le hubiera molestado que Stiles besara a Malía, Derek Hale era un hombre lobo que siempre había seguido adelante ante cualquier adversidad con que se había encontrado, y nunca había dejado que las decisiones de los demás le afectaran.

Y si había podido hacerlo cuando su familia murió y cuando su tío le traicionó, no tenía ningún sentido que decidiera marcharse ahora para poner tierra entre él y un adolescente con el que no llevaba saliendo ni dos semanas... Si es que se pudiera decir que estaban saliendo.

Entonces ¿dónde cojones estaba Derek?

Tras ir al loft probó con el resto de sitios de Beacon Hills donde había visto a Derek alguna vez. Primero en los restos de su antigua casa, totalmente derruida. Luego en la estación abandonada de tren y finalmente en las partes del bosque donde sabía que acudía cuando estaba solo... Incluyendo el lugar donde se juró que jamás volvería: el Nemetón.

En todos los lugares el resultado fue el mismo: Absolutamente nada.

Parecía que se lo hubiera tragado la tierra.

Sin querer admitir lo preocupado que estaba le preguntó a Scott si podía sentirle, a lo que su amigo no tuvo más remedio que decirle que no. Que desde que desapareció había estado intentando captar su olor por todo el pueblo, sin éxito alguno.

Y así, en la más absoluta ignorancia de dónde podía estar Derek, habían pasado tres días desde la última vez que le vio.

Stiles empezaba a desesperarse. Tanto que estaba planteándose la posibilidad de hablar con su padre para que pidiera una orden de búsqueda de Derek Hale en todo el condado.

Everyone Loves StilesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora