Everyone Loves Stiles

Parte 8

Stiles casi había olvidado el incidente con su padre y con Derek. Aunque lo correcto sería decir que prefería olvidar que su padre había estado a punto de pillarle con Derek en la ducha, en una situación para la que no habría sido capaz de ofrecer ninguna excusa medianamente convincente... Y eso que podía sacar a colación el detalle de que ahora resultaba que Derek podía convertirse en un lobo de verdad, pero que cuando pasaba eso y volvía luego a recuperar su forma humana, casualmente lo hacía estando completamente desnudo.

En el caso de que les hubiera pillado en la ducha, a lo mejor podría haber usado esa excusa. Pero tampoco habría tenido mucho sentido, pues el que Derek se quedara desnudo después de transformarse en lobo no explicaba por qué Stiles también estaba desnudo. Ni porqué estaban los dos compartiendo la ducha.

Afortunadamente ninguna de esas catastróficas situaciones habían tenido lugar y el padre de Stiles dio por hecho que su hijo se había duchado para soportar mejor el calor de la noche. Solo.

La pregunta entonces era: ¿Por qué estaba Stiles tan nervioso?

Tras dedicar la primera hora de clase a pensar detenidamente en ello, al final decidió que era porque había vuelto a engañar a su padre, al que se había jurado que no volvería a mentir jamás. Y sí, técnicamente hablando, no decir las cosas no era lo mismo que mentir. Pero el caso era que desde que su padre descubrió que los hombres lobo existían y que Stiles llevaba años jugando con ellos (y también jugándose el cuello con ellos), había esperado no tener que volver a pasar por el mismo trago de tener que ocultarle cosas.

Pero lo estaba volviendo a hacer al no contarle que ya no salía con Malía, y que por el contrario ahora estaba medio enrollado con Derek Hale.

Y por qué demonios no se atrevía a decirle que ahora estaba con Derek era una pregunta para la que todavía no tenía respuesta... Tal vez cuando tuviera claro qué era exactamente lo que había entre Derek y él.

Esa SÍ que era una excelente pregunta.

Porque de momento lo único que habían hecho desde que se besaran por primera vez en medio del desierto de México había sido discutir y follar como animales... Y aunque lo primero era lo que hacían desde que se conocieron y lo segundo era algo nuevo pero que estaba muy pero que muy bien, sabía que faltaba algo más.

De pronto su móvil vibró, indicando que había un mensaje nuevo. Con disimulo sacó el móvil de su pantalón y accedió a la bandeja de mensajes nuevos...

Disimular la risa al ver el mensaje le costó un poco más, y no pudo evitar que el entrenador le soltara una de esas miraditas amenazadoras. Stiles tenía claro que en el entrenamiento de la tarde le haría dar dos vueltas más que al resto del equipo. Pero, sinceramente, había merecido la pena.

Que Derek le amenazara también por el móvil era algo nuevo. Y algo que además confirmaba que Derek no era tan malo con las nuevas tecnologías como había imaginado.

Te voy a matar

Era lo que ponía el escueto mensaje porque, ya fuera por voz o por escrito, estaba claro que Derek no necesitaba muchas palabras para hacerse entender.

Stiles se apresuró a responder.

Lo siento muchísimo

El nuevo mensaje llegó al segundo.

Me echaste de tu casa

Desnudo

Stiles tuvo que morderse el labio al leer los dos nuevos mensajes. ¿Nadie le había enseñado a Derek que el WhatsApp no tenía limitación de caracteres? Porque parecía que fuera incapaz de escribir más de dos frases seguidas en el mismo mensaje, como si aquello fuera Twitter.