Capítulo 3

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Sin votos, no hay nuevo cap :)

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Estoy afuera de tu casa, Mati. F. Damián.

Me removí en mi cama por quinta vez, sentía un malestar en todo el pecho que no me dejaba dormir en absoluto. Calculo que he dormido alrededor de dos horas o más, cuando llegue me dormí al instante pero ahora me resulta difícil conciliar el sueño.

Por inercia, estire mi brazo para tantear un cuerpo ajeno en la cama pero no había nadie.

Sin abrir los ojos, fruncí el ceño. Esto era extraño, Liz nunca acostumbraba a dormirse muy tarde. Tal vez y exagere en la forma en cómo la trate hace rato, pero ella tenía que tener un escarmiento, digo, no  puedes ir por ahí diciéndole marica a tu esposo cada que te place, debía de poner un límite y espero haberlo  puesto.

Solté un suspiro, la verdad no tenía la menor idea de lo que iba hacer, por un lado estaba Damián y, por otro lado, estaba Liz; Sigo sin poder creerme que regresé a esta maldita encrucijada.

¿Acaso mi corazón no escarmienta?

¿Acaso es una pelota que puede tirar cada que quieren?

¿Mi orgullo era tan poco?

Bufé.

Malditos sentimientos.

La verdad, Damián no estaba nada mal pero era un completo idiota.

Y Liz, bueno, Liz es Liz.

Quisiera que hubiera una clase de máquina para tomar decisiones importantes o…

¡Esperen!

¿Decisiones importantes?

¡A la mierda!

Damián no merece otra oportunidad, no después de todo lo que me ha hecho.

Es un maldito cabronazo que solo ha venido a confundirme, sí, eso debe de ser, confusión, no puedo seguir sintiendo algo por ese gilipollas, eso es inconcebible.

Me lleve mis manos hacia mi rostro y las restregué una y otra vez en un intento de tranquilizarme.

Todo era una maldita porquería.

Alce los parpados y no pude notar mucho, ya eran entrada la medianoche y solo se podía observar lo que los rayos de luna permitían, y en este caso, era parte del techo.

Nuestra habitación no era demasiado grande, tenía una cama matrimonial, dos armarios, uno más grande que el otro, había un tocador con todos los productos de belleza de Liz, también había un pequeño escritorio y a lado de una pared se encontraba un sofá frente a un televisor de pantalla plana, los colores eran monocromáticos.

Mi madre no está en el país actualmente, después de lo del divorcio con mi padre y todos los problemas, ella decidió iniciar una nueva vida en el extranjero, nos hablamos mensualmente solo para ponernos al día y, a veces, Liz y yo vamos a visitarla, tiene una pequeña casa de campo en donde se puede relajar sin importarle nada.

Ella me ha pedido nietos pero yo, amablemente, le desvió el tema  cada que lo menciona.

No quiero niños.

Me incorpore de la cama y me desperece, alzando los brazos para estirarme, relaje el cuello y me coloque unas zapatillas de color crema que usaba cada que despertaba, tome la bata que se encontraba en uno de los pilares de la cama y me la coloque, me despeine un poco el cabello para terminar de despertarme y tome mi móvil.

Estaba descargado.

Suspire.

Busque el cargador en la cómoda y lo puse a cargar, salí de la habitación y me dispuse a bajar las escaleras, estas tenían una forma como la “L”, me preocupa que Liz no se haya ido a dormir por lo que la iré a buscar para arreglar la situación, después de todo, ella era mi esposa y debía respetarla y tratar de arreglar nuestros problemas.

Te amo en silencio 2 [Homosexual]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora