Capítulo 10

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¡Hola a todos!

Como prometí en el estado de hoy, aquí les tengo la actualización.

AVISO: A todas esas personas que me escriben y me envían mensajes reclamándome que por qué no subo, que por qué aquí y así les digo que LO LAMENTO pero yo trabajo y estudio a la vez y el escribir lo uso como pasatiempo, no como obligación por lo que doy prioridad a mi trabajo y estudio y no a la escritura. 

No pretendo ofender a nadie con esto pero tampoco quiero que me ofendan a mí, yo subo cuando puedo y sobre todo escribo cuando me queda espacio, no sé cuando les traeré la próxima actualización pero si sé que la historia ya casi termina así que vayan despidiéndose de nuestra hermosa parejita :D

Igual, gracias a todas esas personitas que se toman la molestía de escribir comentarios positivos acerca de mi novela y mi escritura, prometo no desaparecer por tanto tiempo.

Sin más, los dejo leer

¡Sin votos ni comentarios no hay siguiente capítulo!

Pero luego pensé:

¿Por qué, Liz?

¿Por qué hiciste esto?

Y lo último que pude alcanzar a ver fue un par de piernas largas que se flexionaban y a una melena rubia acercarse a mí.

Y de ahí, la oscuridad.

-Liz’s POV-

Matías había caído al suelo y yo no me pude sentir más nerviosa que en este momento, no sé qué hacer, no tenía planeado que cayera tan rápido, digo, se suponía que no le haríamos nada malo, enfoco mi visión y veo a la rubia despampanante a la par del cuerpo inerte de Matías.

-Bien-Ella toca la piel de Mati con la punta de sus dedos y hace una mueca de asco.

-Qué pésimo gusto tienen-Musita y luego se incorpora para mirarme con altivez. –Levántalo-

Hice una mueca de asombro y me apene.

-¿Estás loca? ¿Cómo quieres que lo levante? ¡Está desnudo!- Susurre para no despertar al que estoy segura que se encuentra durmiendo en esta habitación.

Tan solo pensar en eso hace que sienta que mi estomago se hunde en un vacío.

Mati había intimado con ese idiota cuando yo tenía que rogarle para que siquiera me tocara una hebra de cabello.

-Hey, tú, si, ven acá-Alzó la voz pero extrañamente no se escuchaba como esas voces agudas que te encuentras a punto de asfixiar si gritan, su voz era armoniosa y delicada.

Sentía pena por ella.

Ella era muy hermosa, ¿por qué tenía que sufrir por ese idiota?

Quizás me perdí demasiado en mis pensamientos pero lo próximo que supe fue que Matías estaba siendo cargado por un botones, seguí a la rubia por el largo pasillo de donde vinimos, lo único que se escuchaba eran nuestras respiraciones y el sonido de sus tacones.

Llegamos al auto de Elena y el botones coloco a Mati en el asiento de atrás y yo me fui en el de copiloto.

Nos adentramos a las calles y nadie decía nada, bueno, yo no decía nada.

-¿Qué haremos ahora?-Pregunté casi con temor.

-¿Cómo que qué? ¿No es obvio?-Respondió con altivez.

Fruncí el ceño y ladee el rostro mirándola fijamente. -¿A qué te refieres?-

-Lo mataremos-Cortó tajante y sentía que me iba a desmayar.

Te amo en silencio 2 [Homosexual]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora