Capítulo I.

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El instituto era lo suficientemente grande como para no encontrarte con la misma persona durante toda la semana por mera casualidad. Los estudiantes, tanto femeninos como masculinos, se mezclaban aún más fácil con el uniforme. Quienes destacaban, lo hacían por belleza, deportes, talentos o incluso por ser parte del consejo estudiantil, pero nadie era lo suficientemente conocido como para que absolutamente todo el cuerpo de estudiantes les conociera, sin excepción.

Park Chanyeol jugaba en el equipo de fútbol americano, no era el mejor, pero al menos se mantenía en la alineación principal. Y a pesar de que tampoco era el mejor estudiante, podía mantenerse dentro de lo normal y tener ciertos privilegios por su beca deportiva. La vida le sonreía, hacía lo que quería y su instituto lo ayudaba con ello, era absolutamente genial.

Cuando estuvo en primer año, tuvo que matarse y revivir mil veces para poder entrar al equipo, la exigencia era alta y su cuerpo de adolescente en desarrollo no le ayudaba demasiado, sobretodo cuando crecía tan rápido y no podía mantener firmes sus extensas extremidades en un deporte donde la fuerza y resistencia lo son todo. Y quien lo ayudó a mejorar fue Byun Baekhyun, uno de los mánager del equipo, él le recomendó dietas de fibras y rutinas de ejercicios bastante eficientes. Su ayuda fue primordial para poder entrar al equipo.

Luego de unas semanas de su gran logro –entrar a la alineación– Baekhyun se le declaró. Hasta entonces, Chanyeol pensó que eran mejores amigos, pero luego el más bajo le explicó que si no fuera por sus malditas dobles intenciones, nunca hubiese ayudado a Chanyeol. Su amistad, claramente, no era lo que pensaba, pero Baekhyun fue sincero a pesar de todo, fue muy sincero y eso lo conmovió.

Chanyeol aceptó intentarlo y, sinceramente, no se arrepentía. Baekhyun era divertido, lo cuidaba e iban juntos a casa, aunque era muy celoso, Chanyeol se sentía encantado con el más bajo. Podían tomarse de las manos y besarse, pero Chanyeol nunca sintió que estuviese engañándose a sí mismo, porque sentía que de verdad el otro le gustaba. Asique su segundo año era así, hermoso. Estaba en el equipo, becado, con una pareja que lo comprendía y lo hacía feliz, y por lo que decían los rumores, cuando pasara a su último año, se convertiría en el capitán del equipo.

—¡Pueden tomar un descanso! —Exclamó el entrenador luego de hacer sonar el silbato. Chanyeol se levantó del suelo jadeando, había estado corriendo como loco y las protecciones en sus hombros cansaban mucho más rápido a cualquiera. Baekhyun se le acercó con una sonrisa y le ayudó a retirarse el casco.

—Todos fueron a los lavaderos, mejor que vayas al baño si quieres alcanzar a tomar algo de agua. —Aconsejó el más bajo, poniendo el casco bajo su brazo.

—¿Oh? Pensé que mi lindo Baekhyunee tendría una botella reservada para mí. —Torció la sonrisa, provocando que el otro rodara los ojos mientras bufaba.

—¿No serían muchos privilegios? —Inquirió, sacándole una sonrisa a Chanyeol. —Ya, mejor deja de perder el tiempo y ve a los baños. —Le golpeó en el pecho con suavidad, justo sobre el protector que mostraba el número 61 grande y en negro. Chanyeol le envió un beso cuidando pasar desapercibido y se marchó con una gigante sonrisa.

Bastaba pasar un par de segundos con Baekhyun para sentirse renovado de energías, ese chico era como la luz para Chanyeol, siempre rondaba sus pensamientos con esa sonrisa contagiosa y sus chistes ridículos. Cuando Chanyeol entró al baño, se dio cuenta de que estaba vacío, bueno, era difícil encontrar a alguien después de clases aún rondando el colegio, asique no era tan extraño. Chanyeol miró su reflejo y sonrió, el nuevo platinado que Baekhyun le puso en el cabello de verdad pegaba, ni él sabía cómo podía tener un color tan extravagante en su cabeza, pero mientras no hiciera el ridículo todo estaría bien. Enjuagó su cara del sudor que lo cubría, era una medida totalmente parcial, porque aún su cuerpo estaba lleno del mismo, pero mientras menos sucio se sintiera mejor. Cuando iba a agacharse a beber agua, sintió como uno de los cubículos a su espalda se cerró con fuerza, rebotando y de paso provocándole una taquicardia. Chanyeol se volteó esperando que aquellas historias de fantasmas sobre el instituto fueran falsas. Entonces oyó un jadeo.

Speechless »ChanSoo«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora