¡Hola, Ana!
Olvidé mi lápiz preferido. Así que decidí escribirte con tinta azul, ¿es bonito, eh?
Bueno, casi siempre lo olvido. Y dime, ¿cómo estás? Sigues sonriendo, y amo eso. Como a ti.Un chico.
Ana de quedó contemplado la nota que reposaba sobre su casillero. Suspiró cansada. Ella de verdad quería descubrir a la persona que estaba detrás de ésto. Y era una locura.
Finalmente tomó la nota entre sus manos.
– Hola, Ana. —Ella se quedó estática de nuevo. Era una voz masculina, de nuevo. Después de su shock de tres segundos se dio la vuelta con rapidez y ocultó la nota detrás de ella.
– Hola, Gabriel. – el chico rubio de ojos verdes le sonrió. Y se pasó la mano en su cabello, un poco nervioso.
Ana quedó sin aire. Él llevaba un lapicero de color azul.
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¡Hola, Ana!
Short StoryNecesitar un lápiz y pedírselo prestado a alguien, puede hacer que conozcas a la persona que cambiaría tu mundo por completo con tan sólo sonreír y decir su nombre.