Día 13.

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ANA POV.

Ana, estás volviéndote loca. - Se regañó a su misma.

Ella se encontraba pasándose por su casillero desde hacía un buen rato. El chico misterioso solía dejar sus notas al inicio de las clases, o al final (En donde era más común).
La nota siempre estuvo ahí, justo en el momento exacto en que Ana se pasaba para guardar algunas cosas en su casillero, pero hoy no fue así. Ana llevaba pasándose por ahí de casualidad, vacilando su punto y esperando con ansias la aparición de su amada nota.

Aún recuerda con frustración el día de ayer cuando pensó que Gabriel era su chico misterioso. Y se sintió pésima.
Tan pronto como la ilusión llegó, de la misma forma desapareció. Gabriel se había acercado para preguntarle sobre una tarea, y otros dos chicos se acercaron después de unos segundos con lapiceros de tinta azul en sus manos. ¿Cómo es que fue posible que hubiera tantos en el mundo?

Se sintió roja de la vergüenza por estar tan emocionada por quererlo conocer, pero no ella no podía evitarlo.

Pensarán que soy una urgida. - Pensó. - Pero tengo qué saber quién es.

Ana había mantenido los sentidos muy atentos a su al rededor y a su casillero y nada... Ella suspiró.

Tenía al menos una pregunta resuelta sobre su chico misterioso.

Mateo, uno que está en su clase y que ha sido muy amable con ella, faltó a clase.
Rodrigo, de igual forma es un compañero suyo y tampoco había asistido a clase. Con él casi no hablaba.
Y por último, en su lista de sospechosos estaba Gabriel y Omar quienes también faltaron a las clases.

El chico era de su salón, ¿Pero quién?

Mateo, Gabriel y Omar eran los que más estaban entre ceja y ceja de Ana, y ella se propuso descubrirlo a como diera lugar.

¡Hola, Ana!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora