Al tener tantas dudas, mi única opción era visitar a Gerardo. Me dirigí a su casa, aunque no le había dicho. Lo tomaría por sorpresa. Lo consideraba justo, después de todo él me había perseguido con un camión blindado.
Llegué a su casa. Era grande, no podría llamarla una mansión, pero era más grande que el departamento de mi mamá. Toqué el timbre. Nadie respondía. Volví a tocar. Nada. "Algo no anda bien" me dijo mi instinto.
Mis ojos empezaron a moverse frenéticos. Debía entrar. ¡La ventana! Gerardo había dejado la ventana de su cuarto abierta. Por ahí podía entrar, pero estaba muy alto y además tenía que pasar la reja que cubría el patio delantero. No podía saltarla, medía unos dos metros y tenía las puntas afiladas.
Mi cuerpo giró sobre sí mismo y evalué el entorno. Un arbolito, una paloma, una roca mediana... La idea llegó se golpe. Cogí la roca. Era del tamaño de mi puño. Traté de levantarla, pero estaba enterrada. Escarbé un poco y descubrí que la piedra era mucho más grande. Seguí escarbando hasta que la desenterré: la piedra era del tamaño de mi cabeza.
La levanté y la llevé a la reja. Encajaba casi a la perfección entre dos de los barrotes. Solo tuve que forcejear y entró... Aunque reconozco que una de las barras se abolló un poco. Espero que el papá de Gerardo no lo haya notado.
Ya estaba listo, usaría la roca para apoyar uno de mis pies y así me saltaría tranquilamente la reja. Empecé a trepar, la piedra estaba tan trabada que soportaba mi peso tranquilamente. Solo tenía que agarrar una de las puntas y ya podría entrar. Estiré la mano... "¡AHHHHG!" Una sacudida brutal recorrió todo mi cuerpo y me caí de golpe. "Mierda." El dolor en mi brazo era inmenso. "Reja... ¿Eléctrica?... ¿En serio?" mascullé. Las puntas de la reja estaban electrificadas. Me quemaba el brazo. El resto de mi cuerpo aun estaba aturdido.
Me molesté. ¿Cómo iba a pasar la reja ahora? No tenía guantes de hule como para protegerme. Debía haber otra entrada, la que sea. O alguna forma de no electrocutarme. Me levanté y me acomodé la casaca y el pantalón. De pronto palpe algo en mi cintura. Otra idea vino de golpe. Me saqué la correa. Busqué la información de esta. "100% plástico". Perfecto.
Tiré la hebilla y entró en una de las puntas. Aunque esta fuera de metal, el resto de mi correa era de plástico y no conducía la electricidad. Es curioso que aprendí eso viendo una serie y no en la escuela. Usé la piedra y mi correa para trepar. Gracias a la correa no tendría que tocar directamente las puntas. ¡Pasé! No pude evitar soltar una carcajada de satisfacción. Había burlado la seguridad de una casa con una piedra y una corres de cuero sintético.Meterme por la ventana del cuarto de Gerardo era fácil. Ya antes lo había hecho... Solo que fue porque él apostó a que no lo lograría.
Entré a su cuarto. Todo se veía tranquilo. No había nadie. Algo no andaba bien. Salí de su cuarto y caminé por los pasadizos con cuidado de no hacer ruido. Todas las puertas de las habitaciones estaban abiertas. Eso era normal en su casa. La mamá de Gerardo no vivía con ellos así que nunca cerraban la puerta ni para bañarse. Más de una vez había encontrado pósters con mujeres desnudas pegadas en las paredes del cuarto de Gerardo y a su padre no parecía importarle. Yo ni siquiera podía tener mis dibujos de mujeres en bikini expuestos o mi madre me gritaba por horas.
La única puerta que siempre estaba cerrada era una al final del pasadizo. Según Gerardo, llevaba al techo y no la abrían para que no entre la tierra.
"Tengo que abrirla" pensé. Caminé por el pasillo rápidamente hasta que llegué. Giré la perilla. Estaba ansioso. Lo que vi... Fue decepcionante. Era una escalera. Subí y efectivamente era el techo. Caminé. El techo no estaba cercado así que me alejé de los bordes.
Lo único que había en ese techo a parte de tierra eran las bombas de agua y un cuartito. Miré a través de la ventana del cuartito. Estaba lleno de muebles viejos y adornos rotos. Solo era un depósito.Realmente estaba decepcionado, estaba convencido de que habría algo relacionado a las Golondrinas. Me había electrocutado por las huevas.*
De pronto escuché un sonido mecánico. Venía del depósito. Me puse alerta. Súbitamente la puerta del depósito se abrió y con ella las puertas de un ascensor.
"¿Alan? ¡Qué haces aquí!" Gerardo y su papá me miraron sorprendidos... Y algo molestos.---------
*Sí, puse un peruanismo. Significa hacer algo por nada.

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La Flor Blanca
AdventureAlan descubrirá muchas cosas de las Golondrinas Grises, algunas de ellas no serán tan agradables.