Cabrón.

304 14 0
                                    

No me pude resistir al impulso de avanzar hacia ella y besarla. Este fue probablemente uno de los mejores besos, tenía pasión, y muchas ganas por parte de los dos. Rápidamente me quité mi camisa, a ella no le había dado tiempo de ponerse la suya, así que ahí estábamos, el uno frente al otro, conectando nuestro ojos, en ese momento sobraban las palabras.

Me acordé de la última vez, y no iba a pasar de nuevo. Si ella no quería, no lo iba a hacer.

- ______ - Dije pegado a su oreja - ¿Quieres?

Ella negó. ¿Cómo? Ninguna chica me había dicho que no. Pero si estábamos a punto de hacerlo, y además, debo admitir que me había excitado un poco, por no decir mucho. Esta mujer es un misterio. Aunque si me pongo a pensar... después de haber tenido que recordar tu amargo pasado, de lo último que tienes ganas es de follar. Es totalmente comprensible. Joder, habré quedado como un guarro salido.

- Yo... lo siento – Era lo único que me atrevía a decir. Me sentía un poco avergonzado, la verdad.

- No... No pasa nada. Al menos me has preguntado – Se abalanzó sobre mí para abrazarme – Lo haría encantada pero es que... no me pillas en buen momento. - Me abrazó aún más fuerte, era como una niña pequeña que necesitaba protección, y ya que sus padres no se la dieron, me voy a encargar yo.

- Te entiendo. No te preocupes ¿vale? - Ella asintió y se metió en la cama, fui detrás de ella e hice lo mismo. Una vez dentro cogió mi brazo y lo puso alrededor de su vientre, haciendo que me pegara aún más a ella. - Te quiero – Le susurré, y pude ver como una sonrisa se formaba en su rostro.

Se oía un gran alboroto ¿y esto qué es ahora?... Joder, ¡los chicos! No se les puede perder de vista ni un solo segundo ¡y menos en mi casa!

Salí de mi cama intentando hacer el más mínimo movimiento y ruido, no la quería despertar, joder, hasta durmiendo es preciosa. Una vez que salí del cuarto bajé a toda máquina al salón.

Lo que me imaginaba, todos borrachos. ¿Y ahora que hago con estos? Vi que Siva estaba sentado viendo el televisor, rezo porque este no se haya emborrachado.

- ¿Tu también estás borracho? - Dije mientras intentaba pasar por el medio de los otros tres que estaban cantando y haciendo el gilipollas.

- Que va, llevo así como una hora intentando domar a estos leones pero no hay manera. Están como una cuba. Yo les advertí pero ellos decían que no te ibas a dar cuenta porque estarías follando con _______.

- Pues están equivocados porque para empezar no hemos hecho nada.

- ¿No?

- No

- ¿Y qué habéis hecho?

- Nada, hablar y poco más. Anda ayúdame a subirlos.

Cogimos primero a Tom y a Max que eran los que había bebido más, y luego fuimos a por Nathan.

Les reñí por haber bebido en mi casa, ya les dije que si no estaba, no podían hacer nada de eso. Los tres refunfuñaron y les mandé directos a la cama. Se oyó un “ahora te vas con tu novia” pero lo ignoré, ya que ni sabía quien lo dijo y a parte, cuando están borrachos no saben lo que dicen. No creo que se hayan enfadado por esta tontería. Fui al baño y cuando volví a mi cuarto me encontré a Nathan en mi cama, durmiendo con ______. ¿Pero éste qué hace? Fui a despertarlo pero no había manera, tampoco podía hacer mucho ruido para no despertarla a ella, así que supuse que me tocaba dormir solo en mi primera noche de novios. Qué bien. Como Nathan intente hacer algo con ella, se entera.

No podía dormir tranquilo sabiendo que él estaba en la misma cama que mi novia, y encima borracho. Fui a mi cuarto y me quedé de piedra al ver como su mano estaba en el pecho de ella. Un gran odio se apoderaba de mí, y no le podía echar las culpas a ella ya que no se estaba dando cuenta de nada, pero este, este se va a enterar de lo que vale un peine. Me da igual que esté bebido, no voy a dejar que nadie la manosee. Cabrón.

White lies. ( Jay McGuiness )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora