Una mala jugada.

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- ¿En serio, Nathan? ¿En serio? Mira que te conozco, pero esto es de lo ultimo que me esperaba de ti. ¿En que coño estás pensando? - Dije con mirada desafiante, mientras el chico se tocaba su mejilla, ahora roja por el guantazo - Vete joder, vete de aquí ya. - Mi tono se elevó lo suficiente para sonar como un grito para él, pero no para que se enterara Jay, porque si lo hacía, Nathan era hombre muerto, y no quiero que se peleara nadie por mi pero es que joder... esto ya supera mis límites.

- Cuidado con lo que haces. - ¿Pero éste de que va? Se cuela en la habitación a verme desnuda y me dice a mí eso. creo que las cosas deberían ir al revés, y se aplicara ese mensaje a él mismo. Ví como se acercó a mí de modo que notara su respiración. - Ah, y te advierto de que tarde o temprano caerás en mis redes. Jay solo te está utilizando. No creo que seas tan inocente como para dejarte llevar, ¿no?. - Dicho esto se dirigió a la salida de la habitación y me guiñó un ojo mientras cerraba la puerta. No me lo podía creer, de verdad. Tuve que dirigirme a mi cama, necesitaba tumbarme y pensar un poco.

Sus palabras se repetían en mi cabeza una y otra vez. Pero no le iba a hacer caso. Sabía que era mentira. Porque Jay me había demostrado que me quería, yo confío en él. Y no me voy a regir por lo que Nathan me diga, porque este sí que quiere utilizarme. Tampoco voy a enamorarme de él, está más que claro. Que se lo tiene muy creído él, vamos. Porque yo sé de más a quién quiero. Porque Jay es el hombre de mi vida y no voy a dejar que nada ni nadie se entrometa entre nosotros. Definitivamente no.

Sin quererlo había pasado ya media hora y yo seguía sumida en mis pensamientos. ¿Pero por estaba dándole vueltas a lo que me dijo Nathan? En serio _____, que te gusta preocuparte. Son solo tonterías. Yo soy la única persona que sabe lo que hacer o no, y lo único que tengo que hacer ahora es borrarme sus palabras de la mente y bajar con Jay, que a todo esto iba a darle las pastillas a Max y ni ha vuelto.

Bajé y no había nadie. ¿Pero qué? ¿En serio me había dejado sola? ¿Este hombre es tonto o se lo hace? No dudé en coger mi móvil y mandarle un mensaje.

- "Gracias por dejarme sola." - Estaba furiosa. Joder podría haber avisado al menos.

- "Te has despertado rápido dormilona." - El mensaje no tardó en llegar. ¿Pero de que está hablando este?

- "¿Qué? Yo no estaba dormida. Dios mio. Me sorprende tu capacidad de inventarte las cosas. Si querías salir por ahí con los amigos haber avisado joder..."

- "Pero si Nathan me dijo que te vio dormida..." - A la mierda. Se está interponiendo en nuestra relación. Si cree que la va a hundir, está muy equivocado. - "Lo siento _____, de verdad yo pensaba que estabas dormida. Salimos a dar una vuelta y no quería despertarte. Supuse que estarías cansada por lo de antes y ni subí porque no quería hacer el mínimo ruido. Lo siento de verdad yo no quería... Este se va a enterar. "

- " No pasa nada cielo, no te preocupes ¿vale? Ha sido un malentendido y ya está. No hace falta que le digas nada a Nathan, a lo mejor pasó cuando tenía los ojos cerrados, normalmente suelo pensar así, y se creería que dormía. Anda, diviértete que ya me las apañaré yo por aquí. Solo que la  próxima vez avisa, ¿va?.Te quiero. " - Obviamente tuve que mentir. No me podría imaginar la culpa que recaería en mi si la banda de separara por una pelea, por eso tengo que evitarla. Pero Nathan debería saber lo que debería de hacer, que está jugando con fuego joder, y en el momento más inesperado, se va a quemar.

- " Vale cariño. Te quiero muchísimo. " - No podía evitar que el "Jay solo te está utilizando" rondara por mi cabeza. Pero no, él no es así. Y a ver si mi mente para de hacerme pasar esta mala jugada.

Después de haber limpiado, ya por aburrimiento, y pasearme toda la casa, decidí ver un poco la televisión. Pero no pasaron ni 10 minutos cuando oí la puerta abrir. El primero en entrar fue Jay y no dudé ni un segundo en correr hacia él y besarle, apenas habiendo dado él unos pasos, para después abrazarle, colgandome de su cuello. Él reaccionó un instante más tarde, estaría sorprendido supongo. Le volví a besar y a través de sus rizos pude divisar la cara de envidia de Nathan. Esta vez no te has salido con la tuya, amiguito. Le besé con más pasión aún, que le reconcoman los celos a ese gilipollas. Pegué un salto encima suya haciendo que me cogiera en brazos, y que él empezara a besarme el cuello, cosa que él sabía que me ponía mucho. En ese momento me daban ganas de follar delante suya, pero por cuestión de dignidad, no lo hago.

- Vaya con los tortolitos, no pueden estar ni una hora separados. Si a los osos amorosos no les importa, ¿podrían irse a darse el lote a un lugar que no esté al alcance de la vista del público? Muchas gracias y buenas tardes. - Ese comentario por parte de Tom me hizo reír, es todo un caricato. Finalmente juntamos nuestros labios para darnos un corto beso, y al terminar pude admirar la cara de tonto que se le había quedado a Jay. Él se limitó decir "wow" y yo a dedicarle una sonrisa pícara. Pero cuando me disponía a sentarme en el sofá, me cogió del brazo, y acercándose a mi oído me susurró unas palabras.

- Yo también puedo ser una fiera salvaje, nena. - No pude evitar reír ante su comentario, esas palabras me hacían gracia, mucha gracia. Pero tuve que tragarme mi risa sino quería parecer una borde.

- Demuéstralo. - Me atreví a desafiarle.

-Esta noche recibirás lo que te mereces.

Debo admitir, que ese comentario me había… ¿excitado?. Si, definitivamente, lo había hecho.

White lies. ( Jay McGuiness )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora