Solo un malentendido...

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¿ Hacia dónde me dirijo? Vamos Jay, piensa algo... Ah, ¡ya sé!, me pondré mi gorro y mis gafas de sol, así pasaré un poco más desapercibido, y me iré a la puerta trasera, esperaré hasta la hora que sea, tengo que hablar con ella. *Se va a pensar que la estás acosando* ¡No, no, no! Tendré que controlarme si no quiero acabar así.

*Narras tú*

Rápidamente me sequé las lágrimas, en cuanto salí mi jefe me preguntó cómo estaba. Joder, mi primer día de trabajo y ya la habia liado, como siga así me voy a ganar que me echen

Me quedan todavía 3 horas de trabajo por delante, espero no fastidiar la situación más de lo que he hecho ya.

*2 horas después*

- Oye, ______, ¿podemos hablar? Solo si quieres, claro.

- ¿Siva? - Me extrañó muchísimo verle ahí. - Ehhmmm... por supuesto. - Menos mal que tenía un hueco libre.

-Nos dirijimos hacia la azotea, él estaba serio, ¿qué abrá ocurrido ahora?. Mis dedos estaban cruzados, ojalá no sea nada de... Jay.

- Es sobre Jay... - Mierda. - ________, en serio, él no intentaba hacerte nada malo, pero es que muchas veces hace cosas que parecen lo contrario, siempre le suele pasar, y al final acaba en lios. Él solo quería hablar contigo, hacía mucho que no te veía y más de una vez nos hablaba de tí, seguro que pensarías mal acerca de que no te llamó, pero fue porque no guardó bien tu número, ya sabes que los móviles no son lo suyo. - Dios, no me podía creer lo que había dicho, joder, habré quedado como una gilipollas. - Y bueno, esto es un gran resúmen de todo, pero ojalá lo perdones, porque no es que esté muy bien que digamos. - Estaba petrificada, tenía las manos frías y mi mente estaba bloqueada.

- Joder... ahora no sé que hacer... la he cagado.

- Eh, escúchame, no "la has cagado", ¿vale? ha sido un malentendido.

- Sí, pero ahora él está mal por mi.

- Se puede solucionar. - ¿Y cómo demonios soluciono yo eso? - Bueno, me tengo que ir que tengo prisa. - Tenía ganas de llorar, estaba totalmente bloqueada. - Anda ven, dame un abrazo. - Creo que se dió cuenta... Un hombre detallista.

Creo que el hecho de que me abrazaran me ayudó bastante, necesitaba ese abrazo y no sabes cuánto.

Al fín acabó mi turno. Recogeré mis cosas y me iré. Abrí la puerta trasera y había un hombre sentado delante, "disculpe señor ¿ se puede retirar, por favor? no puedo abrir la puerta" En seguida se apartó, "muchísias gracias" dije amablemente.

Había avanzado unos cuantos pasos cuando...

- Espera, no te vayas... - Entre el gorro y las gafas no podía distinguir bien quié era, y encima era de noche.

- ¿Sí?

- _______, quiero explicártelo todo. - Se quitó las gafas, ¿Jay? Dios mío.

- Calla, no hace falta que me digas nada.

- En serio, yo solo quería... - Miraba al suelo, estaba avergonzado, joder, es por mi culpa todo. ¿Por qué viene detrás de mí? Tendría que ser yo la que pidiera perdón.

- Bésame

- ¿Qué?

- Hazlo.

White lies. ( Jay McGuiness )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora